lunes, junio 20, 2011
11:52 p. m.
11:52 p. m.
Doña Aído de la Mancha
rubricado por Higronauta
1) Parece ser que resulta tremendamente progresista retirar los anuncios de contactos de los medios de (in)comunicación a la par que conlleva un "tirarse piedras sobre tejado propio" en tanto que buena parte de los mass media vienen a conformar un panfletario político de los partidos que corroboren la medida.
2) La medida que debira llevarse a cabo desde un punto de vista estrictamente moral y social a la par que laboral, esto es, legalizar la prostitución, ha quedado enterrada en cualquiera de esas fosas comunes en las cuales la derecha oficial y la derecha seudoencubierta (rojo y azul a día de hoy, decidan ustedes quién es quién) entierran las opciones de modernidad más antirretrograda.
3) No hay finalidad. Hay fijación. Fijación por un tema/concepto/emplazamiento ético que parece deberse, únicamente, al imaginario de doña Aído. «Donde pongo el ojo pongo la bala». O algo parecido.
4) Y es que si no, resulta incomprensible, que, mientras se intenta atacar a los anuncios de relax, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) esté en aras de imponer un reglamento que obligue a las jugadoras baloncestíticas a llevar ropa más ajustada para poder lucir "sus cuerpos atléticos". Tema sobre el cual nuestra amadísima Ministra de Igualdad parece no tener voz y/u opinión alguna.
5) Ante esta y otras tantas contradicciones sobre la igualdad de géneros y la lucha quijotesca contra el sexismo (qué digo yo, quizás debería llamarse, entre tanto eufemismo bienpensante, "generismo") uno y una (o sea, dos) pierden el oremus de la Verdad, de la Razón, y de la Ética, quedando todo deslucido, difuminado y esparcido por los cuatro costados de nuestra piel de toro.
6) Retomando el ejemplo previo, doña Bibiana parece una versión semiizquierdosa (y femenina, sobra decir) del Ingenioso Hidalgo en su lucha cuasi mortal contra los molinos de viento. Y todos sabemos las consecuencias. Quizás, la pena sea que no encuentre un Sancho (o Sancha) que le grite aquello de "que no son gigantes, que son molinos".
Porque doña Aído, ha tiempo que venimos comulgando con ruedas de molino. La sutil diferencia es que algunos sabemos contemplarlas (y sufrirlas) en todo su esplendor mientras usted no tiene más obsesión que atacar sus aspas con la lanza de la demagogia.
Etiquetas: ¿Sociología?, Celtiberia, Mostrencadas
2 Réplicas:
At 21/6/11 11:26 
Roski afirmó:
At 21/6/11 12:23 Higronauta afirmó:
No es fe. Es economía. Es mucho menos costoso prohibir que educar.
Y tiene toda la razón: nos encaminamos hacia el granhermanismo paternal a velocidad de vértigo.
Y tiene toda la razón: nos encaminamos hacia el granhermanismo paternal a velocidad de vértigo.
"No hagas esto, no fumes aquí, no vayas a estos sistios..."
El problema no es la moral, es el paternalismo.
Estamos creando un mundo donde nos será imposible equivocarnos. Y ese será un mundo muy aburrido.