Ejercicio narrativo a partir de un diario cualquiera
rubricado por Higronauta
La diva
Lucía Etxebarría siempre me ha parecido una mindungui elevada, de manera cuasi involuntaria, al altar de las deidades literarias, por un grupo de mujeres pretendidamente progresistas que no aspiran a más que a perpetuar una serie de roles y sinsentidos establecidos. Una Brigdet Jones de la palabra escrita, vamos. Y como tal, no puedo evitar sentir, no ya recelo, si no, directamente, repulsa. Una repulsa que colma sus límites cada lunes en la contraportada de ese periodicucho gratuito que es el ADN.
Y es que si algo no le falta a la citada, es asunción de esa divinidad, y de ahí la fotografía que encabeza sus "textos". Me imagino al redactor solicitándole la imagen en cuestión y a ella rebuscando entre su directorio del disco duro de su ordenador, queriendo encontrar la que resultara más divina de la muerte. Y no encontrarla. E incitar a un allegado a que le realizara la foto final con su cámara digital de 8 megapíxels. «Espera... no, así es demasiado normal... yo tengo que ser la más... ¿qué tal si me pongo en esta posición, ora pensante ora sufriente? ... Oh, divina... Es ésta. Definitivamente...La mando... De: Luciacomomolo@adn.es to:redactorcito@adn.es. Ya está».
El parchís de la añoralgia
Analiza hoy el maestro Ramón Campo Vidal el por qué del fenómeno añorálgico y lo achaca a una falta de «formación fidedigna sobre lo que sucedía» durante la época del Franquismo, un periodo donde, casi nadie podía ver reflejadas sus problemáticas y cotidianidades en los medios de (in)comunicación (censura obliga). Fenómeno del que se nutre, según el periodista, todo este aluvión de componentes nostálgicos, que, a fin de cuentas, no viene a ser más que un ansiado «diario de nuestras vidas».
Y aunque un servidor está de acuerdo, dudea que esa sea la razón fundamental. Más bien se trata de un desencanto para con el presente, que, unido a las razones citadas, tiende a llevarnos a un período que, pese al peligro que esto conlleva, parece ser mejor que el actual.
Presupónese que es por eso que hoy, Santi Corbacho, reunirá (si no lo está haciendo en estos instantes) en su original programa, Peta Zetas, a los parchises, para realizar un rivaival más (y van...) que fargocite la memoria y la diluya un poco más en tonos pastel. Y por si fuera poco, un encuentro con el grupo y uno de los componentes de la competencia más directa: Enrique (del Pozo), sin Ana, por suerte. Para nosotros, y, sobre todo, para ella.
Saben ustedes que el que esto escribe es fan incondicional de las cuatro fichas y el dado, pero, encuentro más que prescindible saber qué fue de ellos (sí, Tino perdió un brazo en un accidente de coche. ¿Y?). El recuerdo de la musicalidad infantil transformado en mitología achacosa. Audicionemos y cantemos a AQUELLOS parchises, y dejemos estar a ESTOS. A fin de cuentas, una hipotética realidad (aka what if), Gominolas, ha acabado siendo cancelada por falta de audiencia. ¿Qué es lo que quiere la plebe entonces? Pintan bastos que volver a ver al manco celtibérico por excelencia (con perdón de don Cervantes), el único componente que se ha mantenido más al margen del mundanal ruido. ¿Apuestan?
La imagen del día
«Más del 5% de los niños en España son hiperactivos»
La fotografía que encabeza la noticia, a qué negar, habla por sí sola.
Lucía Etxebarría siempre me ha parecido una mindungui elevada, de manera cuasi involuntaria, al altar de las deidades literarias, por un grupo de mujeres pretendidamente progresistas que no aspiran a más que a perpetuar una serie de roles y sinsentidos establecidos. Una Brigdet Jones de la palabra escrita, vamos. Y como tal, no puedo evitar sentir, no ya recelo, si no, directamente, repulsa. Una repulsa que colma sus límites cada lunes en la contraportada de ese periodicucho gratuito que es el ADN.
Y es que si algo no le falta a la citada, es asunción de esa divinidad, y de ahí la fotografía que encabeza sus "textos". Me imagino al redactor solicitándole la imagen en cuestión y a ella rebuscando entre su directorio del disco duro de su ordenador, queriendo encontrar la que resultara más divina de la muerte. Y no encontrarla. E incitar a un allegado a que le realizara la foto final con su cámara digital de 8 megapíxels. «Espera... no, así es demasiado normal... yo tengo que ser la más... ¿qué tal si me pongo en esta posición, ora pensante ora sufriente? ... Oh, divina... Es ésta. Definitivamente...La mando... De: Luciacomomolo@adn.es to:redactorcito@adn.es. Ya está».
El parchís de la añoralgia
Analiza hoy el maestro Ramón Campo Vidal el por qué del fenómeno añorálgico y lo achaca a una falta de «formación fidedigna sobre lo que sucedía» durante la época del Franquismo, un periodo donde, casi nadie podía ver reflejadas sus problemáticas y cotidianidades en los medios de (in)comunicación (censura obliga). Fenómeno del que se nutre, según el periodista, todo este aluvión de componentes nostálgicos, que, a fin de cuentas, no viene a ser más que un ansiado «diario de nuestras vidas».
Y aunque un servidor está de acuerdo, dudea que esa sea la razón fundamental. Más bien se trata de un desencanto para con el presente, que, unido a las razones citadas, tiende a llevarnos a un período que, pese al peligro que esto conlleva, parece ser mejor que el actual.
Presupónese que es por eso que hoy, Santi Corbacho, reunirá (si no lo está haciendo en estos instantes) en su original programa, Peta Zetas, a los parchises, para realizar un rivaival más (y van...) que fargocite la memoria y la diluya un poco más en tonos pastel. Y por si fuera poco, un encuentro con el grupo y uno de los componentes de la competencia más directa: Enrique (del Pozo), sin Ana, por suerte. Para nosotros, y, sobre todo, para ella.
Saben ustedes que el que esto escribe es fan incondicional de las cuatro fichas y el dado, pero, encuentro más que prescindible saber qué fue de ellos (sí, Tino perdió un brazo en un accidente de coche. ¿Y?). El recuerdo de la musicalidad infantil transformado en mitología achacosa. Audicionemos y cantemos a AQUELLOS parchises, y dejemos estar a ESTOS. A fin de cuentas, una hipotética realidad (aka what if), Gominolas, ha acabado siendo cancelada por falta de audiencia. ¿Qué es lo que quiere la plebe entonces? Pintan bastos que volver a ver al manco celtibérico por excelencia (con perdón de don Cervantes), el único componente que se ha mantenido más al margen del mundanal ruido. ¿Apuestan?
La imagen del día
«Más del 5% de los niños en España son hiperactivos»
La fotografía que encabeza la noticia, a qué negar, habla por sí sola.
Etiquetas: ¿Sociología?, Celtiberia, Cuarto poder
12 Réplicas:
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Publicar un comentarioQuiza esa relexion sobre la nostalgia se pueda extender a todo. Si el tiempo pasado nos parece mejor probablemente sea por falta de informacion fidedigna sobre lo que nos ocurria.
Lucía Etxebarría creo que está entre las 3 mujeres más odiadas por los españoles. No me extraña.
Yo de pequeño era más de "Regaliz"... pedazo grupo.
El revival actual me da igual. Los medios de comunicación llegan tarde a todo. La añoranza de la infancia siempre ha existido lo que pasa es que hoy en día existen medios para recuperarla parcialmente.
Saludos.
Yo de pequeño era más de "Regaliz"... pedazo grupo.
El revival actual me da igual. Los medios de comunicación llegan tarde a todo. La añoranza de la infancia siempre ha existido lo que pasa es que hoy en día existen medios para recuperarla parcialmente.
Saludos.
Esa mujer, esa mujer... y esa literatura para mujeres... Cómo me duele, don Higro.
Y en el caso de la nostalgia, lo cierto es que no creo que se trate de conformar un imaginario único, como intentan los medios, buscando con ardor la fibra sensible del respetable. La nostalgia siempre debería ser un paraíso acotado en que hubiera cabida para todo, tan personal como cada niño que somos.
Besos.
Y en el caso de la nostalgia, lo cierto es que no creo que se trate de conformar un imaginario único, como intentan los medios, buscando con ardor la fibra sensible del respetable. La nostalgia siempre debería ser un paraíso acotado en que hubiera cabida para todo, tan personal como cada niño que somos.
Besos.
Partimos de una premisa, Dr. zito: la memoria siempre está alterada, desde la personal, hasta, sobre todo, la colectiva, pues en esta, no sólo infieren un colectivo de entes con memorias permutadas, si no que a más a más, está manipulada con unos fines e intereses determinados.
Maese Roski, agradeceríale el nombre de las otras dos odiadísimas, por aquello de la curiosidad y ver si hay coincidencia.
En cuanto a Regaliz, también, pero para mi gusto eran un poco más atronadores y menos entonados. De todas formas, un servidor siempre ha sido de Enrique y Ana a muerte.
Y en cuanto a revaival, sí, siempre lo ha habido, pero de un tiempo a esta parte se está potenciando y extremando de tal manera que no nos va a quedar más remedio que convertirnos en futurálgicos o algo por el estilo.
Clarostá que podríamos caer en aquello de que al menos fomenta la lectura, pero, no es superior a mis fuerzas. De todas formas, querida aura, y pasando al tema de la añoralgia, pese a estar totalmente de acuerdo con usted, acotar el hecho que ese paraíso debe ser un espacio complementario para con otros, no un lugar de evasión total, porque si no, al final se acaba en ese "cualquier tiempo pasado fue mejor" y en una imposibilidad de vivir el presente (a parte de esa facilidad para la edulcoración histórica-emotiva-personal que tiene nuestro imaginario).
Maese Roski, agradeceríale el nombre de las otras dos odiadísimas, por aquello de la curiosidad y ver si hay coincidencia.
En cuanto a Regaliz, también, pero para mi gusto eran un poco más atronadores y menos entonados. De todas formas, un servidor siempre ha sido de Enrique y Ana a muerte.
Y en cuanto a revaival, sí, siempre lo ha habido, pero de un tiempo a esta parte se está potenciando y extremando de tal manera que no nos va a quedar más remedio que convertirnos en futurálgicos o algo por el estilo.
Clarostá que podríamos caer en aquello de que al menos fomenta la lectura, pero, no es superior a mis fuerzas. De todas formas, querida aura, y pasando al tema de la añoralgia, pese a estar totalmente de acuerdo con usted, acotar el hecho que ese paraíso debe ser un espacio complementario para con otros, no un lugar de evasión total, porque si no, al final se acaba en ese "cualquier tiempo pasado fue mejor" y en una imposibilidad de vivir el presente (a parte de esa facilidad para la edulcoración histórica-emotiva-personal que tiene nuestro imaginario).
¡El dado de Parchís ahora es una publicista gafapasta patillas! A mí me moló ver a los Parchís y saber qué era de ellos. Lástima que la ficha amarilla no pudiese estar.
Me encanta la foto de los niños hiperactivos, para que luego digan que no hay poesía en el periodismo fotográfico, si es una pura sinécdoque.
He estado tentada a leer algo de la Lucía esta de tanto que se ha hablado de ella pero la verdad es que ese aire de supermegadivina que se pega, siempre a acabado por echarme para atrás.
Lo de la añoralgia..pues a riesgo de parecer el abuelo cebolleta, oins la verdad es que me entra nostalgia de la TV de antaño cada vez que enciendo la tele ahora. Sería que antes el Enrique del pozo no se dedicaba a despellejar a famosos sino a nuestros oidos...
Lo de la añoralgia..pues a riesgo de parecer el abuelo cebolleta, oins la verdad es que me entra nostalgia de la TV de antaño cada vez que enciendo la tele ahora. Sería que antes el Enrique del pozo no se dedicaba a despellejar a famosos sino a nuestros oidos...
Pero creo que las manipulaciones que nos hacemos a nosotros mismos son casi mas interesantes que las grupales, Don Higro.
Por cierto, se me olvidaba aquel momento ~"Soy Lucia Etxebarria" en el que l ainclita pidio a Gallardon que no quitara un parque porque su hijo tenia asma y la polucion le sienta fatal.
Por cierto, se me olvidaba aquel momento ~"Soy Lucia Etxebarria" en el que l ainclita pidio a Gallardon que no quitara un parque porque su hijo tenia asma y la polucion le sienta fatal.
La imagen es maravillosa. Es el niño cuántico, capaz estar en dos sitios al mismo tiempo.
Habrá seguido los caminos del Pingüino, maese ramón, aunque dudeo y mucho que halla alcanzado las cotas de éste último (al anuncio de Georgie Dann y el Galloper me remito, sin ir más lejos).
Estrellita y Crazy J. lo que no puedo dejar de imaginarme es el momento de la instantánea. ¿Le pedirían al infante que se moviera compulsivamente buscando el resultado final? ¿Le habría hecho ingerir la madre monodisis de café para tal efecto? O, ¿simplemente es Photoshop?
Un servidor, Yedra ha conocido a señoritas que han intentado hacer que leyera alguna cosa de esta musa imcomprendida, pero, por suerte para ellas (y para sus libros, sobre todo) me mantuve firme en mis convicciones. Y es que una señora que sabe escribir poco-mal y que encima pretende liberar al género femenino de su opresión esclavista por medio de antológicos tochos como "Amor, curiosidad y dudas"... Es que sólo el título es de Guantánamo, como poco. Y no me recuerde que Enrique y Enrique del Pozo son el mismo, que todavía ando superando el trauma.
Ahí le ha dado, dr.zito, pero, en tanto que personales, son más difíciles de disfrutar por terceros. Y gracias por recordarme el momento reinona, pues se me había ido el santo al cielo. Lo recolectaré junto al momento grúa de doña Pilar Rahola en mi memoria volatil.
Estrellita y Crazy J. lo que no puedo dejar de imaginarme es el momento de la instantánea. ¿Le pedirían al infante que se moviera compulsivamente buscando el resultado final? ¿Le habría hecho ingerir la madre monodisis de café para tal efecto? O, ¿simplemente es Photoshop?
Un servidor, Yedra ha conocido a señoritas que han intentado hacer que leyera alguna cosa de esta musa imcomprendida, pero, por suerte para ellas (y para sus libros, sobre todo) me mantuve firme en mis convicciones. Y es que una señora que sabe escribir poco-mal y que encima pretende liberar al género femenino de su opresión esclavista por medio de antológicos tochos como "Amor, curiosidad y dudas"... Es que sólo el título es de Guantánamo, como poco. Y no me recuerde que Enrique y Enrique del Pozo son el mismo, que todavía ando superando el trauma.
Ahí le ha dado, dr.zito, pero, en tanto que personales, son más difíciles de disfrutar por terceros. Y gracias por recordarme el momento reinona, pues se me había ido el santo al cielo. Lo recolectaré junto al momento grúa de doña Pilar Rahola en mi memoria volatil.
Santo cielo!
¡Parchis = Power pack!
¡Parchis = Power pack!
Efectivamente, pocas veces una foto acompañó tan bien a un texto.
¿Los de parchis no habian muerto por sobredosis?
¿Los de parchis no habian muerto por sobredosis?