«Pero las discriminaciones que los españoles imponemos a los muertos tienen su manifestación más visible en los cementerios civiles. He visitado muchos de ellos en España. En las pequeñas ciudades, el cementerio civil es siempre una especie de "cerrado" -en los pueblos se llama "corralillo" como ya he dicho- que suele estar considerablemente más descuidado que el lugar donde reposan los "muertos como Dios manda". Hasta el siglo XIX no existía en España ningún lugar donde legalmente pudieran ser enterrados los difuntos que habían pertenecido a religiones distintas de la católica»

Luís Carandell