"Toda la gama de la experiencia humana es tuya, y puedes disfrutarla, si decides aventurarte en territorios que no te ofrecen garantías."
Wayne W. Dyer, Escritor Estadounidense

Hoy, después de visionar ese clásico de Tod Browning que es Freaks, me he dado cuenta de lo que he cambiado en un espacio de tiempo relativamente corto. Les explico: la primera vez que la ví, hace unos años, un servidor a penas empezaba a vislumbrar elementos inconexos dentro del universo de la cultura basura. Mis pocos conocimientos bizarros se limitaban única y exclusivamente a elementos musicales cutredance, y en buena parte, de orígen celtíberico. Con el paso de los años he ido ampliando y remodelando mi imaginario construyendo una serie de esquemas y bases mentales, gracias a la investigación, curiosidad y estudio de los temas que día a día les voy sirviendo en este blog.

Aquella primera vez, que podríamos considerar mi perdida de virginidad trash, la película me sorprendió de una manera que ni remotamente podía llegar a entender. Aquellos seres amorfos, aquella historia de falso amor, aquella venganza... tenían un nosequéqueseyo de atractivo, que chocaba directamente con mi intelecto, por aquel entonces "normal" (uséase, basado en unos cánones estéticos y sociales que realzaban la belleza por encima de lo horrible, las conductas sociales borreguiles por encima de las diferentes, etc.). Años más tarde, la revisión de Freaks ha sido una especie de revelación mística: he comprendido el cómo y el porqué de esa fascinación intrínseca, y me ha llegado mucho más hondo que la primera vez. Ya no ha habido aquella especie de sentimiento de lástima por aquellas personas deformes, ha sido una experiencia mucho más entendedora. Me he sentido inevitablemente atraido por esas malformaciones, por esas conductas. He tenido, casi como ellos, la misma sed de venganza por esas personas que se mofaban descaradamente de la Diferencia. He sufrido con las penurias que habían de pasar por haber nacido en tales condiciones... Es entonces, cuando me he dado cuenta, de que, una vez más, se había producido una especie de mutación en mi persona. No sé si a ustedes les ha pasado alguna vez, pero, no lo negaré, me he alegrado de ello. Es esa teoría del tiburón que les comenté hace tiempo o esa "búsqueda constante de nuevas civilizaciones", que me ha permitido (y me permite) sentirme vivo, en constante evolución (si es hacia adelante o hacia atrás, ya no seré yo quién lo juzgue), descubriendo elementos nuevos, o, a qué negarlo, nuevas formas de contemplar lo viejo. Como dijo Galileo, "Epur si muove".

Para concluir un par de reflexiones, ambas enlazadas. Porque, por mucho que algunos (o muchos) la consideren desfasada, es una de esas películas en las que su argumento podría darse a día de hoy, ya que, tristemente, la sociedad sigue tan obcecada, retrógrada y cerrada como hace casi un siglo. Lo cual me lleva a la segunda reflexión: con esta sociedad, copypasteada de aquella, ¿por qué no sale alguien que realice una cinta de temática parecida? ¿Imaginan las reacciones? Mucho me temo que serían las mismas de aquél entonces. O peores, si me apuran.