Dentro del Vaticano
"En la cocina la foto del Papa dentro de la bandera nacional"
La Polla Records
Acabo de videar el documental Inside de Vatican del National Geographic y todavía ando bajo los efectos de un estupor atroz. Ya no entraré en juicios de valor sobre la función de la iglesia en la sociedad postmoderna del siglo XXI porque el tema sería demasiado extenso para un post como éste. Tampoco juzgaré la falta de objetividad del documental, que con cierta sutileza mal disimulada, se posiciona a favor de la santa institución. En cambio, lo que vengo a explicarles hoy son varios elementos eclesiásticos que hasta ahora desconocía y que me han dejado patidifuso.
Que la iglesia es anacrónica y resistente al cambio es de todos cosa sabida. Lo que un servidor no sabía, es que a estas alturas de siglo, todavía se siguen reverenciando y alabando reliquias de santos y beatos. Para los que desconozcan, una reliquia es “Una porción principal del cuerpo de un santo” (entiéndase por porción principal desde un dedo hasta un hueso o una cabeza). Tenía conocimiento que en tiempos remotos, sobretodo en plena Edad Media, las reliquias eran una parte importante de la fuerza de la iglesia para desplazar devotos hacia nuevas tierras: el hecho de poseer una reliquia de un santo en un edificio religioso cualquiera, aseguraba el peregrinaje, con todo lo que ello comportaba. Pero mi mente no podía llegar a concebir, en una sociedad teóricamente evolucionada social, cultural y tecnológicamente, es que todavía una falange del último creyente beatificado, introducida en una urna creada por orfebres especializados en este tipo de menesteres, pudiera ser alabada y consagrada como elemento místico. En palabras de un cardenal “es la representación física del santo en cuestión”. Vamos, que según se extrae de estas palabras, la iglesia necesita de partes de miembros humanos para mantener su fe en la tierra. ¿Quién dijo gore? Imagínense por un momento, a miles de beatos y beatas del mundo mundial, tan castos y rectos ellos, reverenciando un trozo de oreja de Santa Agripina. Ironía e hipocresía en un trozo de carne disecada. ¿Quién da más?
Otro factor que me ha sorprendido, aunque ya en menor medida ha sido descubrir, que lo que todo el mundo consideraba una lengua muerta, es decir, el latín, es el idioma oficial para todos los textos que se escriben en el vaticano. Todavía recuerdo las discusiones gubernamentales que acaecieron hace unos años sobre el estudio del latín y el griego en los institutos españoles, apoyándose en la afirmación de que eran dos lenguas que no se utilizaban en ninguna parte. Falso. Porque con los 60 kilómetros que tiene el Vaticano de archivo documental, más las actualizaciones diarias (una especie de Archivo Papal 3.0 Beta) ya me dirán a mí si es importante o no el estudio de estas lenguas (otra cosa es que algún día podamos tener acceso a documentos tan importantes para la historia de la humanidad como los relativos al Concilio de Nicea o el jucio de Galileo, por ejemplo).
Para rematar, el elemento más freak de todo el documental ha venido en referencia al atentado que sufrió Juan Pablo II en la plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981 a manos del terrorista turco Mehmet Alí Agca. Para los que no lo recuerden, o para los que no estuvieran todavía, su Santidad fue herido por un disparo cuando paseaba en su mítico Papamóvil. Tras la operación y recuperación, el Papa se dirigió al santuario de Fátima a darle las gracias a la virgen pues afirmó que había sido ella la que había parado los proyectiles letales que iban dirigidos a él (desvelando así el tercer misterio de Fátima, que tantos y tantos años había permanecido oculto por la iglesia). Ahora viene lo fuerte: adivinen donde está ahora la bala que impactó en el cuerpo del Papa. Pues ni más ni menos que en la corona que lleva la Virgen y que pueden contemplar con admiración, bizarrismo o respeto (a gusto del espectador) si viajan hasta la ciudad lusa.
Y es que esta visto que el Vaticano, día a día, hace méritos propios para estar en el top ten de los países más freaks de la faz de la tierra. Epurse muove.
3 Réplicas:
Está visto que el mejor negocio que existe en este planeta es la religión.
Por otra parte, lo que comentas de la repercusión de la iglesia en el siglo XXI, si sólo fuera el XXI... La iglesia ha provocado, apoyado y patrocinado la mayoría de las guerras que han habido. Son unos usureros hipócritas que piden dinero y comida para los desfavorecidos cuando ellos viven en una orgía de riquezas, solamente con los tesoros que hay en el vaticano ya podrían alimentar a medio mundo.
Diría que les den por culo, pero es que a más de uno le gustaría o ya le gusta, en fin... a la mierda.