El Turismo Qué Gran Invento
"Relájese en la arena consígase un flirteo y sienta el cosquilleo del sol sobre su piel"
Me gusta hacer turismo, Tema Clásico Español
No nos engañemos. España, en pleno siglo XXI, sigue atrayendo a un turismo de calidad discutible, que viene a la península en busca de sus playas, sus folklóricas, sus toros, sus litros de sangría y sus toneladas de paella. Benidorm, Marbella, Lloret de Mar… son los destinos soñados para los extranjeros que deciden gastarse sus ahorros en território celtíbero. Ni se les ocurra soñar si quiera con un tipo de turismo que se mueva por cuestiones artísticas, culturales y/o sociales.
Al menos eso es lo que aparenta vender la nueva campaña de promoción del turismo por estas tierras. Según sus responsables, el 80% de turistas vienen aquí por sol y playa. Y si el cliente pide, al cliente se le da. Como muestra, uno de los carteles de la campaña “Smile! You’re in Spain” (aka “Sonríe. Estás en España”). Donde vemos a una niña en una playa presupuestamente española, con el logotipo de la campaña dibujado, esa sonrisa en la cual se puede leer de derecha a izquierda (la calidad de la imagen es paupérrima, así que tendrán que fiarse de un servidor) el texto siguiente: sand, sand, sand, paella (o lo que es lo mismo: arena, arena, arena, paella). Y olé.
Encuentro más que patético que a estas alturas sigamos vendiendo un producto (nuestro país) al extranjero del mismo modo que se hacía durante la dictadura franquista. Señores, esto apesta a un rancio que echa para atrás. Y no nos fijemos ya en la otra campaña recién salida, porque es para asustarse muy mucho. A la imagen de Spain Marks me remito. Que digo yo, que para eso, mejor nos quedamos con toda aquella ristra de canciones dedicadas a Mallorca que surgieron en los años 70, que al menos, no engañaban a nadie (El puente, El turista 1999999, el Vuelo 502…) las recopilamos en cedés y las regalamos en las oficinas de turismo de toda la península. Si somos tan celtíberos, al menos echémosle un par, y no nos escondamos bajo una capa de snobismo cultural. Si seguimos vendiendo el toro de Osborne, recoloquémoslo en todas las carreteras estatales. O si no, emulando a Villar del Río, población donde transcurre la magnífica Bienvenido Mister Marshall, redecoremos nuestras urbes al estilo de pueblos y ciudades andaluces. Si es lo que quieren los turistas, no vamos a ser nosotros quien se lo neguemos, ¿no? Pues eso.
5 Réplicas:
En cuanto a la propaganda que se hace del país: HORROSA. Joder se puede tener peor gusto?? Por qué no hacen anuncios como el de la Comunidad de Castilla que es muy original, cultural y sencillamente bonito??
Ahora bien, ¿podemos exigir un turismo de calidad o incurrimos con esto en la discriminación?