Por mucho que nuestro bienamado gobierno presupuestamenteprogresista (una palabra, que no dos) tienda a hacernos creer que andamos parejos a los estándares de la CEE, sobra decir que nada más lejos de la realidad. La lista de factores en los que andamos orgullosamente atrasados es extensa (po no decir infinita) y una buena muestra de ello es esta bella estampa de una escuela de formación informática. Porque hartos estamos de aprender computación (bella palabra donde las halla a reflotar) a nivel patrio para que luego lleguen los europeos y nos pasen por las narices sus excelsos conocimientos de programación (en sus chopocientos mil lenguajes posibles), suites ofimáticas varias (bueno, vale, dos, y apurando), programas de diseño y edición o, si me apuran, simplemente, de sistemas operativos (sí, hay vida más allá del Ventanucos, aunque no lo crean). Por fin un atisbo de luz en medio de la oscuridad de ceros y unos patrios. Por fin, podremos ser, algo más europeos. Y cierra España.