Tres monstruos, tres (dos y uno, vaya) de la chanson celtibérica son los encargados esta velada balompédica que, desde el donaire de la sevillana, homenajean, y cómo, a nuestro vanagloriado mundial 82.

Los primeros en hacer gala de su savoire faire, los 2 Españoles, creadores de obras cumbres del cutrelux más cañí y casposo tales como Monumento al camionero, Vivo deportivamente, Borracho me acosté anoche o, el tema que hoy nos interpretarán: ¡Olé España 82!
El tema se inicia con los clásicos acordes folkloristas pero, al iniciarse el entone de la letra, ya se empieza a entrelucir en qué vericueto musical nos hallamos sumergiéndonos. Un himno patrio como pocos, del que hay que destacar, por una meritoria compositiva irrepetible e inigualable su estribillo, del que un servidor opina que debería ser, como poco, reutilizado para la próxima letra del himno patrio: «Redondo es el balón / Redondo es el sol / Redondo el naranjito / Y redonda la plaza de toros». ¿A caso en cuatro estrofas se puede destilar mejor la esencia nacional de mejor manera? Pues eso.

Ante la llegada del segundo invitado de la noche, el que esto escribe no puede más que descubrirse la testa y genuflexionarse, pues nos hallamos ante un monstruo de la lírica compositiva como pocos, mostrenco por vocación y pionero entre una selecta minoría de lo que hoy ha venido a considerarse música casposa: Pepe Da-Rosa (senior, sobra decir). El tema interpretado: Sevillanas del mundial 82, en el cual el maestro facilita a los elementos de la selección patria balompédica una serie de consejos y recursos para poder vencer todos los partidos (en vista de los resultados obtenidos mundial tras mundial, está claro que este sencillo no ha llegado a oídos de la federación futbolera ni de sus entrenadores, así que si algún aficionado quiere hacerlo llegar, quién sabe que pueda pasar en el de Sudafrica 2010). Como afirma el compositor «Como dicen que en la guerra todo vale / Estos son maquiavelismos personales / sin que falte la finura y cortesía / un poquito de salero y picardía / y ganamos los mundiales». Más claro agua, vamos.