Simulador tridimensional de venta de pisos
rubricado por Higronauta
Don Piso ha desarrollado un sistema de formación para sus empleados que recrea las situaciones cotidianas a las que se enfrenta un agente inmobiliario (Fuente: El País)
En el proceso de compra que todo ser humano primermundista ha de realizar para poder adquirir una vivienda (lo de digna, mejor vayamos olvidándolo por meras cuestiones de anacronismos) la sociedad se ha ido encargando de ir poniendo obstáculo tras obstáculo hasta convertirlo en una especie de campo de entrenamiento militar donde nuestra vida está en constante peligro en cada una de las etapas del camino. Desde la tierna gestación del deseo de adquirir una morada propia hasta que uno la consigue, nos vemos arrojados a diversos peligros y situaciones, a cual más vejatoria. Arquitectos, constructores, paletas, vendedores de pisos, directores de inmobiliarias, directivos bancarios, notarios,... parecen haber creado una especie de sociedad secreta con la única finalidad de amargar la existencia a cualquiera.
Y si a estas alturas ya pensábamos, ilusos de nosotros, que la cosa no podía ser peor, ahora las inmobiliarias acaban de sacar una nueva arma de destrucción (masiva o no) de morales mundanas: el simulador tridimensional de venta de casas. Como lo oyen.
¿A caso creían que esos simuladores de vuelo, de conducción o de vidas alternativas con en los que ustedes pasan horas y horas se crearon con la finalidad de su divertimento? Ilusos. Nada más lejos de la realidad. Se trata, simplemente de versiones públicas y edulcoradas de los simuladores originales, creados por el Gran Hermano con fines, normalmente, nada inocentes. Porque los Sims esos que tanto renombre han adquirido, no vienen a ser más que un refrito de simulaciones de vida virtual que se llevan experimentando desde hace lustros. Y ese bonito similador de combate con el que usted disfruta matando irakíes o vietcongs (nunca, jamás de los jamases, soldados norteamericanos), fue creado como adiestramiento para las tropas armadas.
Pero a lo que vamos. El ESI (Escuela Superior Inmobiliaria) es un jueguecito que adiestra a los vendedores de fincas/pisos/casas apareadas para que puedan y sepan enfrentarse a todas y cada una de las situaciones ante las que se encontrarán en su lucha (inmoral, en la gran mayoría de casos) por conseguir la comisión de un piso. O lo que es lo mismo: su venta al cliente, todavía creyente en la funcionalidad del sistema. Pobrecillo...
El ESI viene a ser como los Sims pero en versión neoliberal: "El curso virtual incorpora toda una serie de personajes para que los alumnos tengan la oportunidad de aprender a tratar a distintos perfiles de clientes de distintas edades, sexo y estatus socio-económico. Los avatares plantean preguntas muy dispares que se deben de resolver adecuadamente para continuar con la prueba." Sí, la prueba. Porque si ustedes se muestran duchos durante los noventa días que dura la formación, podrán formar parte de "una clasificación anual en la que el mejor Asesor y el mejor Director de oficina/Perito tendrán un reconocimiento especial en la Convención Anual de la inmobialiaria". ¿Quién dijo neoliberalismo?
Así que un consejo, queridos mostrencos: si tienen intención (y capital y aval y nómina fija y...) de comprarse un pisito, intenten antes conseguir este simulador para ver por donde pueden quebrar las defensas de los afamados vendedores y, quién sabe, quizás conseguir algo en su provecho (qué se yo, un florero, una bolsa de caramelitos de la inmobiliaria...). Porque lo que es bien seguro es que nadie sacará a la calle un simulador para compradores de como enfrentarse a un vendedor inmobiliario. O sea.
En el proceso de compra que todo ser humano primermundista ha de realizar para poder adquirir una vivienda (lo de digna, mejor vayamos olvidándolo por meras cuestiones de anacronismos) la sociedad se ha ido encargando de ir poniendo obstáculo tras obstáculo hasta convertirlo en una especie de campo de entrenamiento militar donde nuestra vida está en constante peligro en cada una de las etapas del camino. Desde la tierna gestación del deseo de adquirir una morada propia hasta que uno la consigue, nos vemos arrojados a diversos peligros y situaciones, a cual más vejatoria. Arquitectos, constructores, paletas, vendedores de pisos, directores de inmobiliarias, directivos bancarios, notarios,... parecen haber creado una especie de sociedad secreta con la única finalidad de amargar la existencia a cualquiera.
Y si a estas alturas ya pensábamos, ilusos de nosotros, que la cosa no podía ser peor, ahora las inmobiliarias acaban de sacar una nueva arma de destrucción (masiva o no) de morales mundanas: el simulador tridimensional de venta de casas. Como lo oyen.
¿A caso creían que esos simuladores de vuelo, de conducción o de vidas alternativas con en los que ustedes pasan horas y horas se crearon con la finalidad de su divertimento? Ilusos. Nada más lejos de la realidad. Se trata, simplemente de versiones públicas y edulcoradas de los simuladores originales, creados por el Gran Hermano con fines, normalmente, nada inocentes. Porque los Sims esos que tanto renombre han adquirido, no vienen a ser más que un refrito de simulaciones de vida virtual que se llevan experimentando desde hace lustros. Y ese bonito similador de combate con el que usted disfruta matando irakíes o vietcongs (nunca, jamás de los jamases, soldados norteamericanos), fue creado como adiestramiento para las tropas armadas.
Pero a lo que vamos. El ESI (Escuela Superior Inmobiliaria) es un jueguecito que adiestra a los vendedores de fincas/pisos/casas apareadas para que puedan y sepan enfrentarse a todas y cada una de las situaciones ante las que se encontrarán en su lucha (inmoral, en la gran mayoría de casos) por conseguir la comisión de un piso. O lo que es lo mismo: su venta al cliente, todavía creyente en la funcionalidad del sistema. Pobrecillo...
El ESI viene a ser como los Sims pero en versión neoliberal: "El curso virtual incorpora toda una serie de personajes para que los alumnos tengan la oportunidad de aprender a tratar a distintos perfiles de clientes de distintas edades, sexo y estatus socio-económico. Los avatares plantean preguntas muy dispares que se deben de resolver adecuadamente para continuar con la prueba." Sí, la prueba. Porque si ustedes se muestran duchos durante los noventa días que dura la formación, podrán formar parte de "una clasificación anual en la que el mejor Asesor y el mejor Director de oficina/Perito tendrán un reconocimiento especial en la Convención Anual de la inmobialiaria". ¿Quién dijo neoliberalismo?
Así que un consejo, queridos mostrencos: si tienen intención (y capital y aval y nómina fija y...) de comprarse un pisito, intenten antes conseguir este simulador para ver por donde pueden quebrar las defensas de los afamados vendedores y, quién sabe, quizás conseguir algo en su provecho (qué se yo, un florero, una bolsa de caramelitos de la inmobiliaria...). Porque lo que es bien seguro es que nadie sacará a la calle un simulador para compradores de como enfrentarse a un vendedor inmobiliario. O sea.
Etiquetas: ¿Sociología?
5 Réplicas:
Es terrorífico.
Tendré que apuntarme a artes marciales, utilizar poderes hipnóticos, qué se yo.
Ahora iré por la calle y todos me parecerán vendedores de pisos :S
Tendré que apuntarme a artes marciales, utilizar poderes hipnóticos, qué se yo.
Ahora iré por la calle y todos me parecerán vendedores de pisos :S
Seguro que existe un nivel escondido donde los participantes pueden desarrollar y perfeccionar esas aptitudes inmobiliarias, querida Pussy. Por cierto, ¿insultos en las bibliotecas? Cuente, cuente, porque por las que un servidor se mueve, esos asuntos, a qué negar que no se dan.
¿Tácticas mésmericas contra los agentes inmobiliarios, aura? No lo había pensado, pero me parece una más que buena idea. En cuanto acabe con el libro de Uri Gheller que tengo entre manos, me pongo a ello. Por cierto, todos son vendedores de pisos (viene a ser algo así como una versión bizarrosa y especulativa de La Noche de los Muertos Vivientes.
¿Tácticas mésmericas contra los agentes inmobiliarios, aura? No lo había pensado, pero me parece una más que buena idea. En cuanto acabe con el libro de Uri Gheller que tengo entre manos, me pongo a ello. Por cierto, todos son vendedores de pisos (viene a ser algo así como una versión bizarrosa y especulativa de La Noche de los Muertos Vivientes.
hablaban antes de un meteorito que destruirá la civilización pronto, ¿verdad?
visto esto, empiezo a creer que "pronto" es una palabra sobrevalorada
visto esto, empiezo a creer que "pronto" es una palabra sobrevalorada
Más que sobrevalorada, diría que es relativa (a la actualidad mundial, para ser más concretos), maese Kuroi.
tal y como se estan poniendo las cosas, voy a disenyar uno que tenga la biblioteca como marco de fondo: como prestar un libro. que hacer con los que los devuelven tarde. como evitar insultos.