Proclama
rubricado por Higronauta
Piden a Dolce&Gabbana que retire un anuncio por 'una imagen de violencia machista' (Fuente: El Mundo)
Amnistía Internacional pide la retirada en Italia del polémico anuncio de Dolce & Gabbana (Fuente: El País)
"Defensoras y defensores del puritanismo y de lo políticamente correcto, un paso al frente. Nuetra causa es la salvaguarda de unos valores recios y anacrónicos empañados siempre por un halo de falsa honestidad que nos impulsa a movernos de nuestros butacones de orejas cada vez que nos topamos con un elemento que no tiene cabida en nuestro minúsculo imaginario cotideano y clamar al cielo "Basta ya!".
Es momento de alzarse contra la firma Dolce&Gabbana por una imagen que se nos antoja machista hasta la saciedad: la de una mujer inmovilizada por una horda de apolíneos mozos de dudosa sexualidad. Como sabiamente afirma Amnistía Internacional "El derecho de la mujer a vivir libre de la pesadilla de la violencia necesita de todo menos de esas imágenes de Dolce & Gabbana". Ahí queda eso.
Y es que no encontramos, dentro del espectro social y publicitario, elemento más opresible que el de esta campaña, harto vejatoria para la imagen pública de la mujer actual, tan liberada (y liberalizada) como está de todo yugo neoliberalista y machista. La explotación publicitaria de la imagen de la mujer como mero extracto de carne con ojos, con la única finalidad de provocar excitación en el macho cabrío ha quedado ya muy atrás, y no podemos dejar que estos señores empañen tantos años de lucha, que tan hondisísimamente han calado en el género masculino, ya sea hispánico, ya sea europédico.
Si conseguimos en su momento la retirada de los enanos de la parrilla catódica (ya fuera el anuncio de Amena, ya fuera su participación en el mítico Un, Dos, Tres...), si impedimos que aquellas escenas de violencia gratuita rodadas por el señor Alex de la Iglesia para Fnac (para los coriosos, consultar el tutubo), no existe impidimento alguno para que no podamos acabar con esta salvajada aberrante.
Y si no es retirado, dejando de lado las acciones legales pertinentes, saldremos a la calle (que ahora está muy en boga entre nuestra casta de derechosos) y reivindicaremos. Vaya si reivindicaremos. En esta España que hemos conseguido crear, a años luz del machismo, la homofobia, la xenofobia, el clasismo, la hidrofobia y demás, cosas como ésta no son consentibles.
Es más, en un acto de revolución pedagógica, tenemos pensado la solicitud de quema de obras de la misma índole tales como El rapto de las Sabinas (1650) de David, la Danae (1907) de Klimt, El rapto de las hijas de Leucipo (1618) de Rubens, o el Rapto de Perséfone (1969) de Durero, por citar algunas (nuestra comisión de limpieza moral está trabajando en una lista completa y exhaustiva que en breve les haremos llegar), que creemos denigran la imagen de la mujer y no representan en absoluto el pensamiento del hombre moderno de este siglo. Permanezcan atentos a sus pantallas para más información."
Apostilla: Y mientras tanto, en sus parrilas catódicas, pueden disfrutar de, por citar alguno, el anuncio de chocolates Valor, donde unas púberes, claramente menores de edad, caen en las garras de la lascivia más erotógena (gemidos incluídos), de la mano de una onza del citado producto. Como dice el sabio refrán "a Dios rogando y con el mazo dando".
Amnistía Internacional pide la retirada en Italia del polémico anuncio de Dolce & Gabbana (Fuente: El País)
"Defensoras y defensores del puritanismo y de lo políticamente correcto, un paso al frente. Nuetra causa es la salvaguarda de unos valores recios y anacrónicos empañados siempre por un halo de falsa honestidad que nos impulsa a movernos de nuestros butacones de orejas cada vez que nos topamos con un elemento que no tiene cabida en nuestro minúsculo imaginario cotideano y clamar al cielo "Basta ya!".
Es momento de alzarse contra la firma Dolce&Gabbana por una imagen que se nos antoja machista hasta la saciedad: la de una mujer inmovilizada por una horda de apolíneos mozos de dudosa sexualidad. Como sabiamente afirma Amnistía Internacional "El derecho de la mujer a vivir libre de la pesadilla de la violencia necesita de todo menos de esas imágenes de Dolce & Gabbana". Ahí queda eso.
Y es que no encontramos, dentro del espectro social y publicitario, elemento más opresible que el de esta campaña, harto vejatoria para la imagen pública de la mujer actual, tan liberada (y liberalizada) como está de todo yugo neoliberalista y machista. La explotación publicitaria de la imagen de la mujer como mero extracto de carne con ojos, con la única finalidad de provocar excitación en el macho cabrío ha quedado ya muy atrás, y no podemos dejar que estos señores empañen tantos años de lucha, que tan hondisísimamente han calado en el género masculino, ya sea hispánico, ya sea europédico.
Si conseguimos en su momento la retirada de los enanos de la parrilla catódica (ya fuera el anuncio de Amena, ya fuera su participación en el mítico Un, Dos, Tres...), si impedimos que aquellas escenas de violencia gratuita rodadas por el señor Alex de la Iglesia para Fnac (para los coriosos, consultar el tutubo), no existe impidimento alguno para que no podamos acabar con esta salvajada aberrante.
Y si no es retirado, dejando de lado las acciones legales pertinentes, saldremos a la calle (que ahora está muy en boga entre nuestra casta de derechosos) y reivindicaremos. Vaya si reivindicaremos. En esta España que hemos conseguido crear, a años luz del machismo, la homofobia, la xenofobia, el clasismo, la hidrofobia y demás, cosas como ésta no son consentibles.
Es más, en un acto de revolución pedagógica, tenemos pensado la solicitud de quema de obras de la misma índole tales como El rapto de las Sabinas (1650) de David, la Danae (1907) de Klimt, El rapto de las hijas de Leucipo (1618) de Rubens, o el Rapto de Perséfone (1969) de Durero, por citar algunas (nuestra comisión de limpieza moral está trabajando en una lista completa y exhaustiva que en breve les haremos llegar), que creemos denigran la imagen de la mujer y no representan en absoluto el pensamiento del hombre moderno de este siglo. Permanezcan atentos a sus pantallas para más información."
Apostilla: Y mientras tanto, en sus parrilas catódicas, pueden disfrutar de, por citar alguno, el anuncio de chocolates Valor, donde unas púberes, claramente menores de edad, caen en las garras de la lascivia más erotógena (gemidos incluídos), de la mano de una onza del citado producto. Como dice el sabio refrán "a Dios rogando y con el mazo dando".
12 Réplicas:
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Publicar un comentariopor no hablar de ese maravilloso anuncio (no sé si lo siguen echando) de Pato WC, en el que una senyora guapetona pero obviamente retrasada mental se encuantra limpiando el banyo y de repente cae en la cuenta de, horror, que no puede limpiar las tuberías, y por tanto recurre a voces a su marido, "Carinyo, no puedo limpiar las tuberías!!!", con un tono entre desesperación y, diría yo, tal vez el miedo de que su marido la deje por no poder limpiar las tuberías, pero su marido, ese sabio que mientras la senyora limpia se encuentra con su portatil sentado en el sofá, muy tolerante él y muy de su tiempo, rápidamente busca en internet (esa nueva tecnología solo apta para varones y no para senyoras retrasadas que se preocupan por limiar tuberías) una solución, y oh, milagros de la ciencia, ese esposo dedicado, le da la solución a su senyora, "cojones, echale pato wc" y la senyora marcha contenta ante la inestimable ayuda de su marido en las tareas domésticas.
Dónde quedarán los tiempos en los que Mónica Van Campen buscaba a Jacq's y las señoritas de Fa corrían libres por la selva...
Como cangrejos, oigan!
Como cangrejos, oigan!
Yo realmente pienso que estas campañas las hacen a propósito sabiendo que determinados colectivos sociales van a activar el resorte pataleta para que su campaña publicitaria sea mundialmente conocida y comentada, y encima se ahorran el dinero que les costaría estar en tantos medios de comunicación masivos en tan poco tiempo.
pues aún a riesgo de sonar algo retro, a mi la imagen me incomoda ligeramente, parece una violación colectiva, una de las peores pesadillas que podria imaginarme.
No le digo yo a usted que no, querida Pussy. El problema que un servidor ve, radica en varias cuestiones:
1.Existen cienes de spots (como el que comenta maese milenius y más) que denigran a la mujer de una manera muchísimo más vejatoria que éste, del que creo que es criticable siempre dependiendo del punto de vista y la sensibilidad del espectador/a, ya que, personalmente, ralla lo ambidual.
2. La hipocresía moral implícita, que, para variar, intenta pintar un mundo maravillosamente paritario en la crítica, cuando aún, tristemente, seguimos a lustros luz de conseguirlo. Es más, últimamente únicamente son criticadas aquellas imágenes que según la oposición implicitan "violencia de género"; el resto de humillaciones y vejaciones, parecen harto secundarias, por mucho más humillantes que sean.
3. Como kanemah comenta, la más que obvia búsqueda de la polémica mediante la imagen de marras, publicidad gratuita donde las halla.
Don kuroi, en ese punto, cuánta ironía se tercia, pues si bien no exiten ya esos anuncios, los desnudos en propaganda de clínicas estéticas y alimentación dietética están a la orden del día. Se tiende, parece ser, a una sutilización (muy mal disimulada, sobra decir) del desnudo bajo la bandera de la """belleza""", que no del sexo, aún cuando el fin último acaba siendo el mismo.
1.Existen cienes de spots (como el que comenta maese milenius y más) que denigran a la mujer de una manera muchísimo más vejatoria que éste, del que creo que es criticable siempre dependiendo del punto de vista y la sensibilidad del espectador/a, ya que, personalmente, ralla lo ambidual.
2. La hipocresía moral implícita, que, para variar, intenta pintar un mundo maravillosamente paritario en la crítica, cuando aún, tristemente, seguimos a lustros luz de conseguirlo. Es más, últimamente únicamente son criticadas aquellas imágenes que según la oposición implicitan "violencia de género"; el resto de humillaciones y vejaciones, parecen harto secundarias, por mucho más humillantes que sean.
3. Como kanemah comenta, la más que obvia búsqueda de la polémica mediante la imagen de marras, publicidad gratuita donde las halla.
Don kuroi, en ese punto, cuánta ironía se tercia, pues si bien no exiten ya esos anuncios, los desnudos en propaganda de clínicas estéticas y alimentación dietética están a la orden del día. Se tiende, parece ser, a una sutilización (muy mal disimulada, sobra decir) del desnudo bajo la bandera de la """belleza""", que no del sexo, aún cuando el fin último acaba siendo el mismo.
A mi realmente la imágen no me gusta y me incomoda por las mismas razones que a Pussy.
Ahora, como campaña de marketing se demuestra que ha triunfado y que ha sido todo un acierto, no para de oirse el nombre de la marca de estos dos pollos por todos los medios de comunicación.
Ahora, como campaña de marketing se demuestra que ha triunfado y que ha sido todo un acierto, no para de oirse el nombre de la marca de estos dos pollos por todos los medios de comunicación.
Como muy bien dice usted Sr. Higronauta, aquí estamos ante un problema de calado mucho más hondo que lo vejatorio de la fotografía. El problema es semántico/simbólico. Un mundo faloheteroandrocéntrico y burgués produce y seguirá produciendo por muchos años piezas así. La propia dinámica de nuestra cultura crea un mullido sustrato del que brotan sin parar ejemplos de ese tratamiento diferenciado, vejatorio y estereotipado del género. Porque para que estas cosas se representen tienen que estar funcionando simbolicamente en las cabezas que las pergeñan. En la imágen de marras el problema está en la intención del artista. Que está queriendo decir con eso. Se podría decir que intenta mostrar esto mismo; la hipocresía implícita, el artero proceso semiótico que construye un discurso visual que distorsiona nuestra percepción del hecho o simplemente podría ser que encontrase esteticamente elegante y sugestivo presentarlo así, pero lo que le importa a ese artista y al empresario que lo contrató, no es la pieza en si sino el éxito de la campaña y para ello se aprovechan del espacio simbólico colectivo
Lo cual no deja de producir eso mismo: Un pastiche chabacano y correoso que hurga en ese espacio simbólico colectivo y en nuestros miedos más ancestrales (el de la violación masiva y la tortura).
En mi opinión, toda la campaña es una horterada petulante, visto lo visto en su web. Buscan epatar al espectador a través de lo decadente y de lo explícito dejando de un lado la brillantez, la sutilidad y la imaginación.
Creo que tod@s nos merecemos una publicidad mejor, más inteligente, creativa y bella.
En mi opinión, toda la campaña es una horterada petulante, visto lo visto en su web. Buscan epatar al espectador a través de lo decadente y de lo explícito dejando de un lado la brillantez, la sutilidad y la imaginación.
Creo que tod@s nos merecemos una publicidad mejor, más inteligente, creativa y bella.
Esta claro que D&G han logrado lo que se proponian. Por desgracia el mundo de la publicidad esta así estrucuturado y a veces pasan la raya de lo tolerante.
Muy buena denuncia
Saludos en mi primera visita. Merecible blog, si
Muy buena denuncia
Saludos en mi primera visita. Merecible blog, si
Si fuera una mujer la que "maltrata" al hombre nadie diría nada
Saludos Don Higro.
Saludos Don Higro.
yedra, mi imaginario masculino no imaginaba que la imagen de marras pudiera ser tan violenta como parece ser. Gracias a vos y a Pussy por sacarme del error.
Maese angalqua, la duda es: ¿esto es "arte" como brazo armado del neoliberalismo o como instrumento transgresor para con este? Un servidor se decanta más por la primera opción, quizás ya, por simple inercia y experiencia.
Maese pastisset, la cuestión que se me plantea cae en el tópico de siempre, (al igual que en otros campos como la televisión, la cutura,...) : ¿tenemos la publicidad que nos merecemos o, simplemente la que realmente queremos (de una manera mayor o menormente consciente)?
Don seoman, el problema es que la tolerancia, a día de hoy, está o bien harto denostada, o bien demasiado sobrevalorada, dependiendo del imaginario (colectivo o particular) y los límites a trasngredir han quedado someramente difuminados bajo un manto de hipocresía.
Bienvenido a éste, su blog, y gracias por sus comentarios.
Dr. Benway, si el producto, como usted comenta, fuera a la inversa (un grupo de femmes sometiendo a un macho cabrío) obviamente no habría comentario, puesto que daría de lleno en las mentalidades fálicas de los ciudadanos, sin tapujo alguno, provocando su finalidad última, excitación masculina. Y es que, por mucho que nos intenten engañar, la publicidad sigue siendo, en muy buena parte, un producto de y para hombres, ya que se sigue pensando en términos de cultura del patriarcado (antagónico en buena parte), con todo lo que ello conlleva. Hasta que no se sobrepase ese modelo, la cultura (y por ende la publicidad) no creo que tenga tendencia a cambiar.
Maese angalqua, la duda es: ¿esto es "arte" como brazo armado del neoliberalismo o como instrumento transgresor para con este? Un servidor se decanta más por la primera opción, quizás ya, por simple inercia y experiencia.
Maese pastisset, la cuestión que se me plantea cae en el tópico de siempre, (al igual que en otros campos como la televisión, la cutura,...) : ¿tenemos la publicidad que nos merecemos o, simplemente la que realmente queremos (de una manera mayor o menormente consciente)?
Don seoman, el problema es que la tolerancia, a día de hoy, está o bien harto denostada, o bien demasiado sobrevalorada, dependiendo del imaginario (colectivo o particular) y los límites a trasngredir han quedado someramente difuminados bajo un manto de hipocresía.
Bienvenido a éste, su blog, y gracias por sus comentarios.
Dr. Benway, si el producto, como usted comenta, fuera a la inversa (un grupo de femmes sometiendo a un macho cabrío) obviamente no habría comentario, puesto que daría de lleno en las mentalidades fálicas de los ciudadanos, sin tapujo alguno, provocando su finalidad última, excitación masculina. Y es que, por mucho que nos intenten engañar, la publicidad sigue siendo, en muy buena parte, un producto de y para hombres, ya que se sigue pensando en términos de cultura del patriarcado (antagónico en buena parte), con todo lo que ello conlleva. Hasta que no se sobrepase ese modelo, la cultura (y por ende la publicidad) no creo que tenga tendencia a cambiar.
Pues a mi me parece una tia que se está cepillando a cinco maromos