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viernes, noviembre 10, 2006
12:40 a. m.

Querido maestro

rubricado por Higronauta
"Los profesores se manifiestan en Cataluña contra el acoso escolar

Unos 600 profesores se manifestaron en la Plaza Sant Jaume de Barcelona para exigir el fin de la violencia que sufren por parte de padres y también de alumnos."

En este impass infraevolutivo que nos ha tocado vivir hay estamentos sociales que tienden al cambio, ya sea para mejor o, como el caso del profesorado al que hace referencia la noticia, para peor. Mucho peor.


Y es que no debemos olvidar que hace no tantos años, la figura del profesor era una de las más valoradas de nuestra sociedad carpetovetónica, junto a la del párroco y la del médico. El maestro era una persona sabia, que transmitía parte de esa sabiduría (reduccionistamente franquista) a los educandos, permitiéndoles, en la gran mayoría de casos, cambiar la tónica familiar, y poder llegar "a ser alguien de provecho en la vida". Así mismo, el educador era también un emblema de poder en su propia mismidad: traspasada la puerta de entrada, él era la ley y el orden, con los consabidos castigos, en su mayoría corporales, que impartía a todo aquél elemento subversivo y/o, simplemente, diferente al resto de la camada.

Pasan los años y lo que antes era una piel de toro en blanco y negro se convierte en una supuesta libertad ciudadana. Los profesores dejan atrás los métodos educativos punitivos y los contenidos educativos se amplian, dejando atrás toda una serie de preceptos anacrónicos, racistas, machistas y demagógicos. Se trata de, quizás, los mejores años para los colegios. Primero porque el papel del profesor en la sociedad sigue siendo el de una persona que puede (y debe) cambiar el rumbo de la via de los infantes. Y segundo, porque los progenitores de esos educados, testigos de ese cambio social hacia la democracia, siguen considerando la educación como un pilar fundamental en toda persona, ya no sólo por parte de la enseñanza obligatoria, si no también, y ante todo, por parte de ellos mismos. La educación en el hogar se imparte, mejor o peor, pero, a qué negar que se imparte.

Y llegamos al siglo XXI. El papel del educador se ve reducido a un simple elemento de traspaso de una serie de presupuestos conocimientos implantados desde un gobierno central que poco o nada conoce de la realidad social concreta. La educación es, presupuestamente, mucho más moderna, más rica y va toda ella envuelta en una cantidad ingente de valores a ser transmitidos-adquiridos. Es normal. Vivimos en una época modernísima, hipertecnológica y avanzadísima, y, como no podía ser de otra forma, la educación es un fiel reflejo social.


El problema radica en el sencillo hecho que el patriarcado ha sido modificado: los valores subyacentes y la educación en el hogar tienden a ser nimios en la gran mayoría de casos. Un servidor es de los que cree que esto se debe, en gran parte, por el hecho que el gasto familiar es harto superior al habido en épocas anteriores. Esto conlleva a que las horas de trabajo por parte de los papases y las mamases les impidan estar todo el tiempo que sería necesario con el retoño para proporcionarle unos mínimos sociales, lo que conlleva a varios supuestos, todos ellos psicológicos:

A. El niño cae en las garras de los abuelos, que tienden al consentimiento atroz, ya que sufren la necesidad imperiosa de liberarse de esa culpa que pesa en ellos por el hecho de haber tenido que castigar y reprimir a sus propios hijos, sublimando así una deuda que tenían pendiente para con ellos mismos desde hacía años.

B. El infante pasa la mayor parte del tiempo fuera de su morada familiar, perdiendo así un ámbito de la educación fundamental en su desarrollo emocional, que es la figura materna/paterna. O lo que es lo mismo, se tiende a perder el modelo a seguir.

La última incógnita de la ecuación educativa se despeja de una manera muy sencilla: los padres, ante la imposibilidad ya comentada de pasar más tiempo con sus polluelos, tienden al sentimiento de culpa atroz (muy superior al que sufrían los abuelos). ¿Qué ocurre entonces? Que cada segundo que pasan con sus hijos desean que sea de una calidad extraordinaria para él, cayendo en el CRASO ERROR de convertirse en entes permisivos con un límite igual o inferior a cero. No se regaña/castiga/educa porque no es plan que para unas horas que la famiglia está reunida, se esté de mal rollito. Y, en el caso de que éste (el mal rollito, digo) aparezca, nada mejor que un buen consuelo comercial para solventar el problema (si a los mayores nos funciona, ¿por qué no iba a hacerlo con esas criaturitas inocentes y tiernas?).

Tras esto, el monstruo está creado y finalizado: el niño, que ya es egocéntrico de por sí, no tiene una figura autoritaria que le marque el camino y le inculque valores, y, obviamente, se crece más y más. Y si ni los propios padres representan poder para él, imagínense lo que puede llegar a pensar del profesor/tutor de marras, con el que tiene que convivir tantas horas a la semana y que tan desconocido le resulta.


Es por eso que, sinceramente, compadezco a todo el profesorado docente. Y ya no sólo por tener que convivir profesonalmente con la gran camada de la infraevolución, si no, porque encima tienen que soportar los reproches y agresiones corporales de unos progenitores que, no contentos con malcriar a sus hijos, arden en deseos que esa malcrianza sea compartida por todos los educandos con los que el infante tiende a encontrarse en su vida cotidiana. Y los compadezco también por tener el valor de manifestarse, no ya contra un sistema educativo denostado y rancio, si no, sobretodo y antetodo contra toda una casta de papases y mamases, que, a fin de cuentas, son una gran parte del problema. Que no todo. Pero casi.

Suerte que todo esto no es más que una generalización. O no...

9 Réplicas:

  At 10/11/06 02:05 Anonymous Anónimo afirmó:

Suena a sociedad fascista y granhermanista, pero se deberían conceder permisos de paternidad tras pasar exhaustivos exámenes psicológicos.
Lo difícil resulta ejercer de modelo para el niño y transmitirle unos valores que incluso a nosotros mismos nos cuestan rescatar de nuestro interior. Imagínese el profe…

Por cierto, la película que ilustra su post me moló mucho cuando la estrenaron. No se como la "procesaría" hoy si la videara de nuevo.
yo tengo que discrepar. este argumento siempre se discute, cuando yo era pequeña oía a los mayores quejarse de lo rebelde de las nuevas generaciones.
lo del acoso escolar a existido siempre, pero es ahora cuando los medios y los psicólogos le están prestando atención.
las generaciones cambian, no hay que tener miedo.
Se me olvidaba Don Higro: Felicidades por la excelente e inquietante cabecera, de la cual me gustaría conocer su origen y su historia.

Saludos

  At 10/11/06 12:18 Anonymous Anónimo afirmó:

Si bien lo que dice usted sobre las futuras y futuros integrantes de nuestro "exquisitamente perfecto" sistema económico/social, me parece cierto, también es verdad, que el proceso de construcción de los sujetos, es algo tremendamente complicado.Los factores de socialización de un sujeto son muchos, y normalmente el peso de los padres en los periodos cruciales para la conformación de la persona se hacen muy leves en comparación con el del grupo al que pertenece el sujeto en cuestión.
Es un problema tanto de los padres como de la escuela que tenemos. El programa educativo es desde un punto de vista pedagógico un verdadero subproducto intestinal. Y lo es porque conviene, porque sujetos con cabezas bien amuebladas, son más exigentes y menos fáciles de domeñar.
Qué es lo que se está haciendo con la potenciación de la escuela privada que se está dando en nuestro país; contribuir a la separación de las especies semánticas, hacer que las clases dominantes lo sigan siendo ya que tienen acceso a una educacción sensiblemente mejor, o por lo menos sensiblemente más vigilada, a la que el grueso de la población con recursos más modestos no puede acceder, dando como resultado un volumen de población construida para, sin saberlo servir a los engranajes de la maquinaria productiva de este sistema económico que como siempre sigue necesitando mano de obra barata y ilustrada en el grado justo para saber que tuerquita le toca apretar...
Maese 1977, un servidor casi abogaría por los ahora tan de moda, carnet por puntos, pero en este caso, de paternidad.

Don xtn, toda la razón, pero si un sujeto (o dos) toman la opción de perpetuarse, creo que ese debe ser un tema cabal en el planteamiento inicial y siguiente. Pasa que el personal normalmente suele tener camada si los factores económicos son favorables, y/o si simplemente "toca" en esa progresión evolutiva neoliberalista, fiel reflejo del american way of life. En cuanto a 1984, le puedo decir que su revisión tiene tanto de entrañable como de zetoso, con lo cual, creo, que gana enteros con el tiempo.
En cuanto a la cabecera, informarle que pertenece a Condemned Women una cinta de 1938 que no he tenido oportunidad de ver y que, por lo leído, dista mucho de pertenecer al exploitation como tal. De todas formas, siento la obligación de su visionado tras pasar a formar parte del imaginario gráfico de este blog.

Pussy, estamos de acuerdo en el hecho que el acoso escular (ahora tan finamente llamado bullying existe desde tiempos inmemorables y que, el Cuarto Poder, no hace más que convertir un simple factor social en una problemática insalvable. Ahora bien, también es verdad que el nivel educativo en el que se ven envueltos los críos a fecha de hoy, o es escaso o de una calidad paupérrima. A los hechos me remito: oír a bebotes de cinco años soltando improperios relacionados con el sexo y la prostitución aterroriza (al menos a mí), o ver que no existe un mínimo respeto por la progenie, me hace plantearme como era mi generación con esa edad, y qué consecuencia hubiera obtenido ante uno de esos actos. Y, a qué negar, que, cómo poco, habría habido factor educativo de por medio, ya fuera vía reprimenda, ya fuera vía castigo...

Maese anónimo coincido hasta cierto punto en su reflexión ya que creo que si bien, como usted comenta, el papel de la progenie tiende a ser nímio en momentos clave del educando, creo que previamente es básico, creando una base para que una vez se den esas situaciones decisivas, el púber tenga la sufienciente capacidad y criterio como para poder juzgar por su propia mismidad (todo dentro de ciertas limitaciones obvias de los roles de la manada). En cuanto a la privacidad de la escuela, no puedo estar más de acuerdo. Es otro factor que se ha sobretapado con un halo de omisión, pero que sigue siendo fundamental para esta sociedad y es digna heredera de esas falacias tecnócratas que afirman que "no hay clases sociales" o que, el grueso de la población pertenece a la "clase media". Conceptos neocon que engañan al pueblo y que le hacen pertenecer a un escalafón mucho más digno, y por ende, más productivo y consumista.

  At 11/11/06 01:34 Blogger kyra afirmó:

Tengo alguna amiga que ha sido varias veces amenazada por alumnos suyos, y que al hablar con los padres era aun peor: mi hijo es elemplar y muy educado.

En fin, rajarle la rueda de la moto y llamrla puta en clase debe ser normal.
Le da miedo dar segun que clases...
Reconozco que Pussy lleva razón en que los "mayores" siempre han tendido a aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor, pero la realidad es que en mi clase ningún mequetrefe pegaba al profesor.

El problema de las libertades individuales es que los hijosdeputa se las toman demasiado literalmente. Creo yo.
kyra habría que ver que se entiende actualmente por educación. Quizás los que andamos errados seamos nosotros...

reinadelosmares decía el filósofo que la libertad de uno acababa donde empezaba la del otro. Está visto que esa acepción no ha calado poco-nada en las personitas de hoy en día.