"Si eres moralmente fuerte te sonreirá la suerte"
Ángela, psycokiller campista


En nuestra querida celtiberia somos únicos a la hora de manipular y tergirversar títulos de películas (tal como viene demostrando maese kuroi últimamente). Y es que la presupuesta secuela de Campamento Sangriento nada tiene que ver con la cinta anterior. Más que nada, por el irrisorio hecho que, mientras la primera, era la traducción de Bloddy Murder, Campamento Sangriento 2 es la tergiversación de Sleepaway Camp 2: Unhappy Campers. La pregunta es: ¿en qué espacio profundo andará la primera versión de ésta?

Argumento

Así que, borrón y cuenta nueva. Olviden todo lo visto/leído sobre Bloody Murder, porque aquí, el subterfugio es harto diferente (o no). Lo que en la primera era la preparación del campamento previa llegada de los púberes e infantes (recuerden: pastado de Viernes 13), aquí el campamento ya está a rebosar de estos. Lo que en Campamento Sangriento era curiosidad por saber quién era realmente el psychokiller, aquí queda resuelto antes de los títulos iniciales: Angela, una de las monitoras, que, previamente fue un hombre que mató a todo un campamento, y que, tras pasar por la institución mental de turno, sufrió su merecida dosis de rehabilitación y, de regalo, se llevó un cambio de sexo gratuito (como ven, el punto de partida es más que suculento). A parte de esto, Angela es la clásica moralista beata que adoctrina y muestra el buen camino por medio del castigo corporal mortal. Una especie de hombre del saco transexuado y campista, vamos.
En esta (presupuesta) secuela, si bien la sangre sigue estando en cantidades ínfimas (la mayoría de asesinatos ocurren fuera de plano) lo que si hay, para goce de muchos, es desnudos. Todos de la misma femme (la clásica vividora que fornifolla con todo quisque y que gusta de lucir pechos a diestro y sinestro, a la que pertenece la, para un servidor ya clásica frase, "me sobra el sujetador" y que acabará imaginen ustedes cómo...), pero desnudos.


Asesinatos

Un punto y a parte sobre este tema. Porque si bien, como he comentado, no es que sean muy visuales, a qué negar que hay muy muchos. Y es que parece que, a falta de ideas, de medios o de posibilidades, esta película acaba tornándose una especie de trituradora de jóvenes pecaminosos, por medio de los asesinatos, a cuál más jocoso. A saber: estacazo en plena cara, asadas a la parrilla, taladradas, rebanado vía motosierra, corroído por el ácido de una batería, tirada en un retrete lleno de sanguijuelas, etc. Una especie de "más difícil todavía", pero, con poquísima gracia (o no).


Los imperdibles

Esos momentos y situaciones que hacen de esta porquería de película un producto en bru(t)to, una vez más, a reivindicar. Como el hecho que, para justificar la ausencia de las asesinadas, Ángela no dejar de afirmar que las ha expulsado del campamento. A nadie le sorprende. A nadie le extraña. Ni si quiera cuando sólo queda una de la decena de jovencitas que inicia la película (sí, adivinaron bien: la casta y pura mojigata beata). Pero, ¿qué se puede esperar de un campamento que es regentado por un tipejo que se hace llamar Tío John y que por únicos monitores tiene a un tal T.C. (esterotipo de cachas hortera) y a la perturbada Ángela?
Aunque quizás, uno de los momentos más apoteósicos sea cuando tras el rebanamiento cabecil de uno de los jóvenes (el presupuesto novio de la monaguilla), Ángela coloca su cabeza dentro del aparato catódico e insta a su secuestrada a "mirar quién está en la tele". Impagable.


Conclusión

Se echan en falta, una vez más, unas buenas escenas splashers/splatters con sus dosis de ketchup viscoso, pero, qué quieren que les diga, una película que alecciona moralmente a los infantes de las maneras más variopintas y virulentas, partiendo de la premisa argumental más arriba comentada, tiene sus pequeños destellos en esa masa oscura que es la temática campista.
No les engañaré, por eso: un servidor, puestos a elegir, se queda con Bloody Murder. Pero, por muy muy muy poco. O sea.