Los valores del Verano
rubricado por Higronauta
"Uno más uno son siete"
Concepto educativo transmitido por Fran Perea
Las nuevas generaciones (no las hordas de jóvenes del PP, sinó los infantes y púberes de los españolitos de a pie) vagan por el multiuniverso sin unos valores claros y positivos. Masificados por la desinformación y los fotoclónicos prefabricados, no tienden más que a seguir unos preceptos impuestos desde arriba, aborregantes (o aborregadores) y, sobretodo y ante todo, con unos meros fines puramente comerciales.
La pedagogía es anacrónica, la educación obsoleta. Los referentes positivos, casi inexistentes. Infantes que no levantan poco más de cuatro palmos del suelo empiezan a sentir pulsiones de eros por tiparracas amalgamadas como Beyoncé, Britney Spears, o Pink. Feromonas en estado puro. Para ellas, aunque las posibilidades erógenas se reducen (recuerden que estamos hablando de meros inocentes críos y crías) pero el catálogo de machos presupuestamente cantantes también está presente.
Si nos trasladamos al terreno de lo catódico, la cosa no mejora, más al contrario, tiende a empeorar, y de qué manera: la masificación de producciones cañís (porque no merecen ni la denominación de orígen nacional), gozan sobretodo, de un sentido de la chusquedad y del mal gusto sublimes. Únicamente se busca la hilaridad instantánea (producto clásico de la sociedad actual donde la memoria es tan a corto plazo que todo lo que halla sucedido diez minutos atrás no existe) a partir de la chanza, los topicazos anacrónicos y el humor baturro (en el sentido más peyorativo del término).
¿Qué modelos encuentran los niños y adolescentes en estas series? Jóvenes con unas altas dosis de salidura sexual, una facilidad para obtener y/o poseer ingresos económicos más que sorprendentes y, últimamente, un intento de reflejo de la juventud actual. Y digo un intento porque aquí se entra en una de esas ironías perpetuas: los guionistas tienden a recrear una serie de modelos callejeros de los cuales, buena parte del tiempo, no tienen la más remota idea por una cuestión de desconocimiento y de caer en tópico tras tópico. Esto es absorvido por los telespectadores de mentes blandurrientas (ya sea por edad, ya sea por aborregamiento supino), que, de una manera consciente o inconsciente acaban imitando a sus ídolos catódicos. Y vuelta a empezar. Si quieren un ejemplo claro, piensen en el personaje del Neng de Castefa, que nació para sorna y escarnio de ese tipo de personajes, y al final ha sido absorbido y conformado a la población contra la que iba dirigida la mofa.
Ante este nihilismo postmoderno, uno puede llegar a plantearse que no hay solución alguna para colmar de valores referenciales a los menores de edad. Nada más lejos de la realidad: ahora, gracias a PlanetadeAgostini, tienen la posibilidad de subsanar todos los daños que la parrilla catódica acaece sobre sus hijos, consiguiendo que puedan adquirir los mismos bellos conceptos y traumas que usted mamó, querido lector. Porque Verano Azul por fín ha salido a la venta en DVD.
Y es que la serie de marras, ya no sólo destila unos valores a estas alturas en peligro de extinción, si no que está plagada de situaciones y personajes cotidianas e hiperrealistas (tan alajeadas de la utopía celtibérica que intentan representar/fomentar las series actuales) que tanto bien han hecho en tantas y tantas generaciones (ocho reposiciones en veinte años, echen cuentas). Conceptos básicos en el desarrollo de un menor, como la amistad, la menstruación ("a Bea le ha venido la regla" frase antológica donde las halla), el complejo de Cicerone, la reivindicación del ideario personal ("Del barco de Chanquete no nos moverán") o la muerte ("Chanquete ha muerto") les aseguro que calarán hondo en su criaturita y lo convertirán en un Ciudadano por derecho propio.
Porque, a fin de cuentas, no se trata más que de eso: de perpetuar una serie de valores carpetovetónicos para las generaciones futuras. Piensen por un momento: si todos los españolitos que hemos mamado esa serie hemos conseguido un país en unas condiciones como las que nos hallamos a día de hoy, ¿hasta dónde podrían llevarlo las generaciones venideras con una misma base traumática? Quién sabe, quizás, como cantaban los Nikis "...seremos de nuevo imperio". Así que ya saben, salgan a la calle, adquieran Verano Azul y traumaticen, perdón, eduquen a todo elemento vivo que aún no halla tenido la oportunidad de visionarla. El país se lo agradecerá. O no.
Concepto educativo transmitido por Fran Perea
Las nuevas generaciones (no las hordas de jóvenes del PP, sinó los infantes y púberes de los españolitos de a pie) vagan por el multiuniverso sin unos valores claros y positivos. Masificados por la desinformación y los fotoclónicos prefabricados, no tienden más que a seguir unos preceptos impuestos desde arriba, aborregantes (o aborregadores) y, sobretodo y ante todo, con unos meros fines puramente comerciales.
La pedagogía es anacrónica, la educación obsoleta. Los referentes positivos, casi inexistentes. Infantes que no levantan poco más de cuatro palmos del suelo empiezan a sentir pulsiones de eros por tiparracas amalgamadas como Beyoncé, Britney Spears, o Pink. Feromonas en estado puro. Para ellas, aunque las posibilidades erógenas se reducen (recuerden que estamos hablando de meros inocentes críos y crías) pero el catálogo de machos presupuestamente cantantes también está presente.
Si nos trasladamos al terreno de lo catódico, la cosa no mejora, más al contrario, tiende a empeorar, y de qué manera: la masificación de producciones cañís (porque no merecen ni la denominación de orígen nacional), gozan sobretodo, de un sentido de la chusquedad y del mal gusto sublimes. Únicamente se busca la hilaridad instantánea (producto clásico de la sociedad actual donde la memoria es tan a corto plazo que todo lo que halla sucedido diez minutos atrás no existe) a partir de la chanza, los topicazos anacrónicos y el humor baturro (en el sentido más peyorativo del término).
¿Qué modelos encuentran los niños y adolescentes en estas series? Jóvenes con unas altas dosis de salidura sexual, una facilidad para obtener y/o poseer ingresos económicos más que sorprendentes y, últimamente, un intento de reflejo de la juventud actual. Y digo un intento porque aquí se entra en una de esas ironías perpetuas: los guionistas tienden a recrear una serie de modelos callejeros de los cuales, buena parte del tiempo, no tienen la más remota idea por una cuestión de desconocimiento y de caer en tópico tras tópico. Esto es absorvido por los telespectadores de mentes blandurrientas (ya sea por edad, ya sea por aborregamiento supino), que, de una manera consciente o inconsciente acaban imitando a sus ídolos catódicos. Y vuelta a empezar. Si quieren un ejemplo claro, piensen en el personaje del Neng de Castefa, que nació para sorna y escarnio de ese tipo de personajes, y al final ha sido absorbido y conformado a la población contra la que iba dirigida la mofa.
Ante este nihilismo postmoderno, uno puede llegar a plantearse que no hay solución alguna para colmar de valores referenciales a los menores de edad. Nada más lejos de la realidad: ahora, gracias a PlanetadeAgostini, tienen la posibilidad de subsanar todos los daños que la parrilla catódica acaece sobre sus hijos, consiguiendo que puedan adquirir los mismos bellos conceptos y traumas que usted mamó, querido lector. Porque Verano Azul por fín ha salido a la venta en DVD.
Y es que la serie de marras, ya no sólo destila unos valores a estas alturas en peligro de extinción, si no que está plagada de situaciones y personajes cotidianas e hiperrealistas (tan alajeadas de la utopía celtibérica que intentan representar/fomentar las series actuales) que tanto bien han hecho en tantas y tantas generaciones (ocho reposiciones en veinte años, echen cuentas). Conceptos básicos en el desarrollo de un menor, como la amistad, la menstruación ("a Bea le ha venido la regla" frase antológica donde las halla), el complejo de Cicerone, la reivindicación del ideario personal ("Del barco de Chanquete no nos moverán") o la muerte ("Chanquete ha muerto") les aseguro que calarán hondo en su criaturita y lo convertirán en un Ciudadano por derecho propio.
Porque, a fin de cuentas, no se trata más que de eso: de perpetuar una serie de valores carpetovetónicos para las generaciones futuras. Piensen por un momento: si todos los españolitos que hemos mamado esa serie hemos conseguido un país en unas condiciones como las que nos hallamos a día de hoy, ¿hasta dónde podrían llevarlo las generaciones venideras con una misma base traumática? Quién sabe, quizás, como cantaban los Nikis "...seremos de nuevo imperio". Así que ya saben, salgan a la calle, adquieran Verano Azul y traumaticen, perdón, eduquen a todo elemento vivo que aún no halla tenido la oportunidad de visionarla. El país se lo agradecerá. O no.
13 Réplicas:
Uno de los problemas es que con toda probabilidad, los treintañeros de aquella época en la que nosotos eramos tiernos infantes, eran tan nihilistas como vd. o yo actualmente. Y abogaban por series y preceptos sociales ya por entonces extintos.
Nosotros llamábamos marica a David Summers, pero queríamos ser como Javi (!!). Los mayores se reían de nosotros y querían ser Robert Smith... y sus padres les miraban raro.
Es una cadena de odios intergeneracionales. Deberíamos parar esta absurda guerra! Odiemos todo y a todo el mundo!!
Perdón, llevo una semana muy dura...
Nosotros llamábamos marica a David Summers, pero queríamos ser como Javi (!!). Los mayores se reían de nosotros y querían ser Robert Smith... y sus padres les miraban raro.
Es una cadena de odios intergeneracionales. Deberíamos parar esta absurda guerra! Odiemos todo y a todo el mundo!!
Perdón, llevo una semana muy dura...
... lo que la juventud deberia de hacer es leer a Jose Luis Martín Vigil, ese hombnre sí que sabia de adolescencia y crecimiento (!)
Dr. Benway soy de los que opinan que "tenemos la televisión que nos merecemos"... o en este caso, que se merecen, porque un servidor no hace desde casi medio año ni uso ni abuso de ella, por motivos más que obvios.
Maese kuroi, ¿quiere decir que ese nihilismo está tan presente cómo comenta? El dudeo me viene porque entre mis allegados, todos, o casi todos de esa generación que comenta, no se da el caso, siendo un servidor el que tiende más hacia esa crítica del todo y por el todo, bajo un cierto manto de negatividad optimista (o no).
Pussy, cuánta razón tiene. Es más, para complementar la lectura pedagógica, añadiría las lecturas de don López Ibor por aquello de que los adolescentes empiecen a descubrir la sexualidad bajo un buen manto educativo-protector.
Don díogenes, puede ser, tal como comentaba maese kuroi un mero choque intergeneracional, o puede ser, como es mi caso, que, simplemente, halla renunciado a casi la totalidad de la música que se hace actualmente, prefiriendo trasladarme en el espacio-tiempo hacia pasajes lejanos. Aún así, tengo que reconocerle que poseo poco (o escaso) conocimiento sobre las composiciones del citado grupo pero: es que vista la serie de donde han salido, no puedo concebir nada positivo sobre ellos, así como tampoco pude hacerlo de Francisco Perea.
Maese kuroi, ¿quiere decir que ese nihilismo está tan presente cómo comenta? El dudeo me viene porque entre mis allegados, todos, o casi todos de esa generación que comenta, no se da el caso, siendo un servidor el que tiende más hacia esa crítica del todo y por el todo, bajo un cierto manto de negatividad optimista (o no).
Pussy, cuánta razón tiene. Es más, para complementar la lectura pedagógica, añadiría las lecturas de don López Ibor por aquello de que los adolescentes empiecen a descubrir la sexualidad bajo un buen manto educativo-protector.
Don díogenes, puede ser, tal como comentaba maese kuroi un mero choque intergeneracional, o puede ser, como es mi caso, que, simplemente, halla renunciado a casi la totalidad de la música que se hace actualmente, prefiriendo trasladarme en el espacio-tiempo hacia pasajes lejanos. Aún así, tengo que reconocerle que poseo poco (o escaso) conocimiento sobre las composiciones del citado grupo pero: es que vista la serie de donde han salido, no puedo concebir nada positivo sobre ellos, así como tampoco pude hacerlo de Francisco Perea.
Gracias a Mrs. Galore he llegado a este antro y, vaya-vaya, resulta que es de esos que te hacen volver.
Es usted un analísta certero rayano y dispuesto a tocar las teclas (léase cojones) adecuadas, sr. Higronauta. Ciertamente la TV actual es bazofia, pero... ¿y lo que nos reímos con ella?
Saludos.
Volveré por aquí, me temo.
Es usted un analísta certero rayano y dispuesto a tocar las teclas (léase cojones) adecuadas, sr. Higronauta. Ciertamente la TV actual es bazofia, pero... ¿y lo que nos reímos con ella?
Saludos.
Volveré por aquí, me temo.
Eso que ha dicho de que tenemos la tele que nos merecemos es verdad a medias, porque la tele no la hacen solamente los espectadores. A los espectadores se les crea un gusto y una vez establecido es muy difícil reconducir las aguas. Por otra parte la mala televisión es una de las fuentes mas abundantes y prolificas de entretenimiento cutre/pop, solo hay que ver sus post sobre Lazarov, Lo cutre rayano en lo sublime...
Los "masamedias" son empresas, y como empresas se deben a la lógica del mercado, y esa por mucho que me/nos disguste es la que es, obtener el mayor beneficio con los mínimos ingresos, y si eso conlleva un universo de series clónicas, des-informativos, y programas de trans-realidad... pues es lo que seguirán haciendo, y el resto que no queramos eso tendremos que pagar y jodernos por visionar algo mejor....
Los "masamedias" son empresas, y como empresas se deben a la lógica del mercado, y esa por mucho que me/nos disguste es la que es, obtener el mayor beneficio con los mínimos ingresos, y si eso conlleva un universo de series clónicas, des-informativos, y programas de trans-realidad... pues es lo que seguirán haciendo, y el resto que no queramos eso tendremos que pagar y jodernos por visionar algo mejor....
se me fue el baifo a la montaña, en ingresos, correspondía gastos...
Gran chimp bienvenido a esta humilde bitácora, y agradecido le quedo por sus comentarios.
Si quiere que le diga la verdad, hace muy mucho que el tubo de rayos catódicos ha dejado de sonscarme si quiera una sonrisa, presupongo que por una mera cuestión de hastío puro y duro. Lo curioso es que otros medios de los que debería estar igual o más asqueado me siguen interesando y provocando la hilaridad. Presupongo que serán eso que los científicos llaman "etapas".
Por cierto, será un placer tenerle por aquí de nuevo, a qué negarlo.
Maese anónimo coincido con usted en que el gusto es un producto totalmente prefabricado y que se mueve por meros intereses económicos que afectan de una manera directa en la población televisiva. Pero soy de los que piensan que la televisión es una parte más del todo que conforma la vida cotideana, y que, como cualquier otro elemento, hay que hacer un uso racional de ella (visionado inteligente que le llaman). La población se educa para que "disfrute" de unos programas, y es justo durante ese periodo de condicionamiento que, en la teoría, el telespectador habría de rechazar el producto con el cual no se siente afín para que ese lavado cerebral no llegara a buen puerto, promoviendo así cambios constantes en la programación.
Aún así, tampoco espero nada de unos ciudadanos que la utilizan como ente descomunicador y ocioso, ante el cual, no sólo se evitan unos mínimos contactos sociales con las personas próximas, sinó que sirve como método de evasión constante para no tener que pensar en el qué hacer. Encender la televisión requiere un mínimo esfuerzo, mientras que al iniciar cualquier otra tarea, este esfuerzo se multiplica con creces. Y eso es un gasto, que la gran parte del pueblo no está dispuesto a pagar. Creo.
Si quiere que le diga la verdad, hace muy mucho que el tubo de rayos catódicos ha dejado de sonscarme si quiera una sonrisa, presupongo que por una mera cuestión de hastío puro y duro. Lo curioso es que otros medios de los que debería estar igual o más asqueado me siguen interesando y provocando la hilaridad. Presupongo que serán eso que los científicos llaman "etapas".
Por cierto, será un placer tenerle por aquí de nuevo, a qué negarlo.
Maese anónimo coincido con usted en que el gusto es un producto totalmente prefabricado y que se mueve por meros intereses económicos que afectan de una manera directa en la población televisiva. Pero soy de los que piensan que la televisión es una parte más del todo que conforma la vida cotideana, y que, como cualquier otro elemento, hay que hacer un uso racional de ella (visionado inteligente que le llaman). La población se educa para que "disfrute" de unos programas, y es justo durante ese periodo de condicionamiento que, en la teoría, el telespectador habría de rechazar el producto con el cual no se siente afín para que ese lavado cerebral no llegara a buen puerto, promoviendo así cambios constantes en la programación.
Aún así, tampoco espero nada de unos ciudadanos que la utilizan como ente descomunicador y ocioso, ante el cual, no sólo se evitan unos mínimos contactos sociales con las personas próximas, sinó que sirve como método de evasión constante para no tener que pensar en el qué hacer. Encender la televisión requiere un mínimo esfuerzo, mientras que al iniciar cualquier otra tarea, este esfuerzo se multiplica con creces. Y eso es un gasto, que la gran parte del pueblo no está dispuesto a pagar. Creo.
Presupongo que estarán, como mínimo, a la altura de los de Upa Dance o la niña que surgió de la serie de los vecinos, de cuyo nombre ni puedo, ni mucho menos quiero, acordarme.
Eso del uso racional de la televisión es como una (de las muchas) entelequias políticas que se pueden ver, oir, o leer en cualquiera de los medios usuales ¿No?
Lo que yo personalmente tengo contra Santa Justa Klan es la letra de esta canción interpretada por y dirigida a niños/as de trece años:
"Dale, dale a toda mecha...y no te hagas la estrecha" (¡¡¡¡!!!!).
Muy buen artículo, sí señor.
"Dale, dale a toda mecha...y no te hagas la estrecha" (¡¡¡¡!!!!).
Muy buen artículo, sí señor.
Llámelo utopía, llámelo imposible, don anónimo, mal que nos pese.
No doy crédito, reinadelosmares. Porque si empiezo a dárselo, las piezas el puzzle sociológico parecen empezar a encajar demasiado bien, y, si le soy sincero, me aterroriza. Y es que si junta letras como ésas, a juguetes como las Bratz o las Myscene (de las que tengo pendientes artículos), el comportamiento de los infantes y púberes actuales parece entrar dentro de unos parámetros más que lógicos que vaya usted a saber dónde van a acabar... Por cierto, bienvenida a estos humildes lares.
No doy crédito, reinadelosmares. Porque si empiezo a dárselo, las piezas el puzzle sociológico parecen empezar a encajar demasiado bien, y, si le soy sincero, me aterroriza. Y es que si junta letras como ésas, a juguetes como las Bratz o las Myscene (de las que tengo pendientes artículos), el comportamiento de los infantes y púberes actuales parece entrar dentro de unos parámetros más que lógicos que vaya usted a saber dónde van a acabar... Por cierto, bienvenida a estos humildes lares.
Ole!
Por cierto que lo ha clavado usted. Punto por punto, vaya televisión más zafia.