Carandell en Barcelona: El comentario
rubricado por Higronauta
"Si me hicieran santo, no me darían alegría mayor. Ahora bien, me gustaría más que me hicieran cardenal y papa."
Luís Carandell
Salgo de la exposición sobre Luís Carandell con cierta amargura, desengañado. Como si sólo me hubieran mostrado un pequeño fragmento de un todo demasiado grande para tener cabida en los escasos metros cuadrados que conformaban la visita. El uso recurrente de citas, junto al material biográfico no llegan a transmitir de una manera directa, si quiera, parte de la esencia del maestro. Para completar el recorrido, una de sus famosas capas, una vitrina donde han encabido, como mejor han podido/sabido, un muestrario de su obra literaria (cuán tentado ha estado un servidor de romper el cristal, cargar el macuto, y salir huyendo con tan preciado tesoro...) y un vídeo, en el cual podía observarse a don Carandell en diferentes programas catódicos, haciendo uso de su característico ingenio y "saberes inútiles". Antes de salir, recogida del librejo (porque por no llegar no llegaba ni a libreto) en el cual, ciertas personalidades (allegados o no, como el (presupuesto) presidente de la Generalitat) ofrecen una (presupuesta, también) visión del autor, cayendo, muchos de ellos, en la recurrencia redundante, todo ello acompañado de unas imágenes que, con el uso de los filtros utilizados (desconozco si por aquello de parecer más cool, o por meros derechos de autor) resultan imposibles de contemplar a una distancia no menor de metro y medio. Quizás lo mejor de este mamotreto, el escrito de su hermana y el último artículo que publicó en las páginas de El País, donde, no por ser el último escopetazo verbal, don Luís mantiene una puntería certera en su mordacidad.
Seguramente, esta exposición pudo haber sido muy mucho mejor (y mayor). Y presupongo que si hubiera habido un mayor apoyo por parte de las organizaciones (gubernamentales o no) esto podría haber sido posible, realizando incluso, y puestos a pedir, un digno libro conmemorativo de dicho evento. Aún así, agradecer a familiares y amigos el interés puesto en acercar la figura del periodista al pueblo celtibérico. Que en los tiempos que corren, a qué negar que ya es mucho.
Luís Carandell
Salgo de la exposición sobre Luís Carandell con cierta amargura, desengañado. Como si sólo me hubieran mostrado un pequeño fragmento de un todo demasiado grande para tener cabida en los escasos metros cuadrados que conformaban la visita. El uso recurrente de citas, junto al material biográfico no llegan a transmitir de una manera directa, si quiera, parte de la esencia del maestro. Para completar el recorrido, una de sus famosas capas, una vitrina donde han encabido, como mejor han podido/sabido, un muestrario de su obra literaria (cuán tentado ha estado un servidor de romper el cristal, cargar el macuto, y salir huyendo con tan preciado tesoro...) y un vídeo, en el cual podía observarse a don Carandell en diferentes programas catódicos, haciendo uso de su característico ingenio y "saberes inútiles". Antes de salir, recogida del librejo (porque por no llegar no llegaba ni a libreto) en el cual, ciertas personalidades (allegados o no, como el (presupuesto) presidente de la Generalitat) ofrecen una (presupuesta, también) visión del autor, cayendo, muchos de ellos, en la recurrencia redundante, todo ello acompañado de unas imágenes que, con el uso de los filtros utilizados (desconozco si por aquello de parecer más cool, o por meros derechos de autor) resultan imposibles de contemplar a una distancia no menor de metro y medio. Quizás lo mejor de este mamotreto, el escrito de su hermana y el último artículo que publicó en las páginas de El País, donde, no por ser el último escopetazo verbal, don Luís mantiene una puntería certera en su mordacidad.
Seguramente, esta exposición pudo haber sido muy mucho mejor (y mayor). Y presupongo que si hubiera habido un mayor apoyo por parte de las organizaciones (gubernamentales o no) esto podría haber sido posible, realizando incluso, y puestos a pedir, un digno libro conmemorativo de dicho evento. Aún así, agradecer a familiares y amigos el interés puesto en acercar la figura del periodista al pueblo celtibérico. Que en los tiempos que corren, a qué negar que ya es mucho.
3 Réplicas:
Lástima que en este caso no se pueda aplicar aquello de "lo bueno si breve...". Ayer por eso, a falta de media hora para cerrar, a penas había nadie, y de las pocas personas que había, un buen porcentaje estaba por simple curiosidad (y no es que lo diga yo, es por preguntas que me realizaron algunas de ellas). Por cierto, ¿para cuando la reedición de sus obras, para no tener así que vivir en una contínua búsqueda y captura de material carandelliano??
Alguna editorial debería ponerse a ello. Si fuera francés no dude que habría empeño en conservar sus obras literarias.
No sé lo que pasa con los autores de aquí que casi hay que hacer arqueología para leer.
Me indigno xD
No sé lo que pasa con los autores de aquí que casi hay que hacer arqueología para leer.
Me indigno xD
Y sí, que tentaciones de romper esa vitrina.