"Llora el teléfono si ella no está"
Los Hermanos Calatrava

Gracias a uno de las compañías mas queridas en este país, Telefónica, he estado sin conexión (lo que en términos internáuticos se podría considerar como "capado") durante los últimos días: primero, me quedé sin línea telefónica (aunque curiosamente seguía teniendo conexión a internet). Como vivimos en el país donde la chapuza es un signo de identidad patria, tras informar del problema y esperar 24 horas recuperé la posibilidad de enviar y recibir llamadas telefónicas. Pero, oh, campos de soledad, mustios collados, cual fue mi sorpresa al descubrir que, curiosamente, a la vez que volvía a tener el servicio, dejaba de poder conectarme a internet. Mi tan querido router no daba señal de ADSL. Otra llamada más, esta vez al proveedor, notificando la incidencia. Según un amable teleoperador sería resuelta en 48-72 horas (se dan margen de actuación, a qué negarlo). Como ya sé de buena tinta que el que la sigue la persigue, 48 horas después volví a llamar (con el gasto que comporta el tipiquísimo 902). Me notificaron que la incidencia seguía abierta y que no dependía de ellos sino de la compañía de teléfonos. 48 horas más tarde me llama un operario de Telefónica informándome que en teoría el problema está resuelto. Me invita a comprobarlo, y efectivamente así es. En caso contrario, me sigue informando, deberían presenciarse en mi casa para realizar las acciones convenientes, pero, eso sí, bajo pago. Es decir, que si un usuario opta por un servidor de internet distinto al de la compañía del monopolio telefónico, y tiene cualquier tipo de incidencia en la cual se tenga que presentar un operario cualquiera en casa de uno para solventarla, Telefónica relega los gastos de "reparación" al usuario en cuestión, como en una especie de "Ah, se siente, tú no quisiste conectarte con nosotros, pues ahora vas y lo cascas".

Las conclusiones ya las sabemos todos: un país de chapuceros con unos servicios harto precarios, lapidados bajo un monopolio que disimula lo que puede que lo es (aka dictablanda), y que sólo nos falta que nos cobren por respirar y por fornifollar (mi empresa servidor de internet ya me informó que me descontarían los días "aislado del mundo" de la factura mensual a partir de la semana sin conexión, ni un día antes). Y yo mientras tanto sin poder escribir en éste, su blog. Manda huevos.