"Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía"
Raplh Waldo Emerson

Ya lo comentaba cuando hablaba de lo Políticamente Correcto. España vive bajo un manto de hipocresía y doble moral, tal como quedó demostrado en el partido de balompié entre nuestra selección patria e Inglaterra. Para aquellos que no se hayan enterado, durante el encuentro de hace unos días, un sector del público lanzó improperios de tinte racista a los jugadores negros de la selección británica, causando el revuelo general. Desde las islas, se exigen explicaciones y disculpas por los hechos. Desde la zona ibérica, se intenta quitar peso al asunto. El resultado: la calificación de racista a nuestro país en la prensa de todo el Primer Mundo.

Cuanto menos irónico me resulta el alegato de descarga que presenta el gobierno español: afirman que unos centenares de elementos actuando de forma racista no implican una muestra suficiente para extrapolarla al resto de la sociedad ibérico-bizarra. Qué curioso. Porque cuando esta proporción es resultado de una encuesta con intereses económico-científicos, siempre es totalmente representativa de la población general. Pero claro, ahora no. Ahora que se destapa la caja de Pandora, no interesa lo más mínimo. Profundizando un poco más en el análisis del tema, me choca que España, en lugar de defenderse de las acusaciones, parezca haber tendido hacia el gesto de agachar la cabeza y asumir culpas, evitando en la medida de lo posible las reprimendas. ¿Será que la verdad es innegable?

Y volvemos a lo de siempre. Por mucho que la gente se esfuerce en no utilizar vocablos como negraco o moromierda para no caer en lo incorrecto, el imaginario del ciudadano de a pie español ha sido y es racista, mal que nos pese. O lo que es lo mismo, aunque la mona se vista de seda… Porque por mucho que intentemos lavar la cara de un país, a no ser que los cambios sean realmente íntrinsecos, siempre habrán “unos cientos” de hinchas exaltados que se encargaran de descubrir las verdades. Y la verdad no es otra que España es un país racista. O sea.