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lunes, mayo 26, 2008
7:58 p. m.

Los Ecodibus

rubricado por Higronauta
Lo de este espacio catódico es increíble. Desconozco si hay más emisiones, pero ya les digo que la hora en que un servidor ha tenido oportunidad de visionarlo ronda cercana a las 15:30, momento en que su presupuesto target, anda ya metido en tareas escolares varias. ¡Qué viva la energía! o, antaño ¡Qué viva el agua! son presupuestos programitas pedagógicos que intentan concienciar a la chiquillada patria a ser mucho más respetuosos con el medio ambiente mediante las ya clásicas y consabidas animaciones Flash de unos niñitos que se asemejan a una supuesta simbiosis entre un springfildiano y un lego cualquiera.



La primera toma de contacto que tuve fue con un capitulacho de !Qué viva la energía! donde se le preguntaban a los tiernos y ocres infantes de qué color querían pintar su habitación por parte de sus progenitores. Obviamente los niños, como tales, solicitaban colores vivos y acordes a su edad, pero, ¡Oh horror! ¡Oh error! Los niños eran informados que ese tipo de colorines dañaba muy mucho a nuestra querida Gaia por tener que depender mucho más directamente de energías varias para tener iluminado el cuartucho, ya que con colores claros, la iluminación natural resultaba mucho más aprovechable. Y, obvio, al ser críos, aunque animados, así lo hacían, pintando las paredes de colores clásicamente llamados pastel(osos). Concepto sumamente importante éste, como podrán dilucir. O sea, de todos los ecoproblemas planetarios y de todas las posibles aportaciones, ésta, sin duda, de las más importantes. Acabáramos.

Y aunque la red es infinita, poca información y menos material he encontrado. Únicamente un tutubo que sirva de muestra para comprobar como el lavado cerebral al que andamos abocados últimamente en tanto que seres comprometidos con nuestro medio ambiente se adapta a la perfección para las mentes más blandurrientas y moldeables de la casa. Cámara y acción.



Dos cosas (2) a destacar. (1) La relación directa ecologismo y determinada marca de productos de limpieza para el ropamen que, fíjense ustedes, sirve para ser mucho más verde que cualquier otro (aunque esto es un concepto que en breve quedará obsoleto, pues, a día que pasa, todo producto tiende exponencialmente a ser más ecológico que el anterior). Ergo, el cuidado del medio ambiente, una vez más, unido, de manera irremediable, al consumismo. O, en plan básico: ecologismo y neoliberalismo cogidos de la mano, caminando hacia un mismo futuro. Y (2), el factor execrable intrínseco a la parábola. Si se fijan bien (aunque mucho tampoco hay que fijarse) ese acorde melodramático que oímos cuando los protagonistas dejan el grifo abierto para nada corresponde a un consejo, una amonestación, o, si me apuran, una recriminación. No. A lo que uno se ve irremediablemente impulsado tras ese rasgueo acústico es a señalar con el dedo al infame niño que ha tenido la osadía de dejarse el grifo abierto mientras lavábase las quijadas. «¡Paredón!» queremos vociferar. O, en plan lewiscarrolliano, «¡Que le corten la cabeza!». La clásica educación correlacionada con la expiación que en tanto que más económica se convierte en omnipresente. Crimen y castigo. Y olé.

Y, es triste afirmarlo, pero no es concepto de tomarse en broma, no sólo por las consecuencias directas que pueda tener sobre el imaginario del colectivo infantil que pueda visionarlo, si no, porque empieza a implicar, sí o sí, que en breve, aquellos entes sociales que no se dediquen en cuerpo y alma al reciclaje obsesivo, serán perseguidos, ya no por la ley, si no por sus conCiudadanos como estigmas sociales. Como los fumadores en ciertos lugares, vamos.

Y es que a estas alturas del cuento, hasta el Capitán Planeta resulta fascinante. O sea.

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8 Réplicas:

  At 26/5/08 21:10 Blogger c afirmó:

Fascinado me quedo. Y no por el descubrimiento, sino porque lo que usted comenta del anuncio lleva runruneando en mi cabeza desde hace meses. Gracias.

Además de este prodigio del lavado de cerebro infantil, me quedo también con el último anuncio de Endesa. Con esa niña que, con una entereza que da miedo verla, dice : "Quiero tener un hijo, y lo mejor, es que él también querrá tener uno". Dirigidos de la cuna a la tumba. Y sale un mono saltando, pero bueno, ese ya es otro tema.

  At 27/5/08 00:21 Anonymous Anónimo afirmó:

Si existe algún responsable ficticio que desde jóven me haya concienciado en algo, sin duda ese fue el Capitán Planeta. Me enseñó a ahorrar agua, a respetar la tierra, a no contaminar el aire, a no jugar con fuego y a tener... corazón.

  At 27/5/08 00:59 Anonymous Anónimo afirmó:

Si es que esta claro. Ariel ya no solo blanquea el culo de Franco. Tambien blanquea conciencias.

Aun asi, me quedo con esta estetica tan Zelda de las animaciones.
La combinación de colores del Capitán Planeta siempre me dio bastante miedico. Creo que eso me hizo impermeable a sus mensajes.
En cuanto al tema de brainwashing que usted comenta, sr. Higro, ya se está convirtiendo en toda una tradición.
Por cierto, aunque no tiene mucho que ver, ¿saben que la compañía propietaria de Dove, esa marca que habla de una Belleza Real, abajo los estereotipos feminoides buenorros y tal, también es dueña de Axe-fóllatelas-a-todas-campeón?
Mola!

  At 27/5/08 10:44 Blogger dfbdsgf afirmó:

Más perversos me resultan los anuncios de empresas de energía, Endesa, Hiberdrola, Repsol... en los que se auto nominan como abanderados del ecologismo.
Y ya será la leche cuando a alguno le de por hacer un producto que sea realmente ecológico.

El capitá Planeta es un heroi, vol reduir la polució a cero!

  At 27/5/08 20:34 Blogger Higronauta afirmó:

Intentaré visionar el anuncio, maese Crazy!, pues si bien me he topado con él de refilón no le he prestado la atención suficiente para haber captado si quiera el mensaje.

Fíjese, don Alex_x que a un servidor el señor Planeta ya le pilló tarde, cuando teóricamente andaba concienciado con la temática desde los muros de las instituciones educativas y no lograba conciliar el hecho que ESO fuera capaz de realizar la misma labor. Gracias por sacarme de mi error.

A fin de cuentas, Doctor Ariel viene siendo el detergente más constante tras las mutaciones del mayordomo de Tenn o la extinción del ositus mimosinius de nuestro ecosistema natural. Grande su simil zeldiano, sobra decir.

El capitán que está triste y azul que cantaba Roberto Carlos. O algo. Y desconocía esa relación Dove-Axe, aunque viendo el alto nivel ranciomachistoide que emanan ambas dos campañas, no era mucho de extrañar. A ver si se animan y realizan un crossover que pintan bastos a que va a ser de lo más erógeno que se pueda visionar en estas tierras...

Eljose no le digo yo a usted que no, pasa que en este caso, se trata de un programa educativo para niños, lo que le comporta una mayor perversión al tema. Sumo a su listado todos los productos de limpieza y los de vehículos, con el summum de la ironía: todoterrenos hipermegasupraecológicos. Hay qué joderse.

A la espera estaremos de eso, querida estrellita. La cosa está que mientras el ecologismo no comporte pingües beneficios al sistema (como está empezando a suceder) no tendrá valor para nada. Y mejor que el Capità Planeta me quedo con el Capità Enciam, de una factura mucho más cutrsalchichera y localista.
Yo aún temo a los enemigos de Los Herculoides y su máquina de rayos nutritivos. ¡Escalofríante!