Patricio: m. Individuo que por su nacimiento, riqueza o virtudes descuella entre sus conciudadanos.

Fernando Fernán Gómez no sólo era un brillante escritor, director, actor y académico. Don Fernando era el Patricio patrio por antonomasia. Un hombre que estaba de vuelta de todo y que no tenía problema alguno en expresar sus opiniones, sin importarle un ápice las repercusiones de éstas. Un hombre que utilizaba la palabra como verbo, y el verbo como verdad. La suya, sí. Pero la verdad. Sin complejos. Sin miramientos. Sin hipocresías.

Muchos se mofaron de él. Muchos lo utilizaron como boomerang para desvirtuar su grandeza y entereza, al igual que le sucedía al maestro Umbral. Inanes pazguatadas de mentes sociabilizadas que nunca pronuncian vocablo alguno sin medir las consecuencias y que viven pendientes del qué dirán. Malditos seáis por vuestra pusilánime estulticia y vuestra acoquinada miopía, por convertir la integridad en bufonada.

Este país, con el fallecimiento de don Fernando, ha perdido ya toda la posibilidad de honestidad. Y eso duele.

Otros homenajes póstumos:

• Fernándo Fernán Gómez. 1921-2007 (Neochema)
• Adiós, Fernando (Dr. Hichcock)
• Ha muerto Fernando Fernán Gómez (Puño)
• Es el momento de marchar. En cuanto a vosotros... ¡A la mierda! (Dr. Benway)
• ¡A la mierda! (Spaulding)
• Esta semana en las noticias (Queco)