Yo compré una moto vampiro (1990)

¿Argumento?


Una banda de moteros se halla realizando un ritual satánico (vayan ustedes a saber para qué) cuando una banda rival les ataca armados de hachas, bates de beisball y ballestas. El líder es saeteado, pero, gracias a la invocación demoniaca previa, resucita (gracias al maravilloso maquillaje, con un semblante harto parecido a Terminator) para dirigirse hasta su moto, una clásica Norton Comando, abrir el depósito de gasolina, degollarse y así llenarlo con su sangre posesa, lo que conlleva, obviamente, a que el vehículo de dos ruedas acabe poseso.

Elipsis.

Nuestro protagonista, Nick Oddie (Noddie, como el personaje animado para los amigos), compra la moto de segunda mano y se dedica a repararla junto a su novia y su amiguete del alma. El amiguete, en un acto feo feo, le roba el tapón del depósito sin que se nadie se entere. Y claro, la moto, que es vampírica y vengativa, clama venganza.

Elipsis 2.

Nuestro amigo Noddie recibe una llamada de la policía informándole que su amigo ha muerto en extrañas circunstancias en su casa. Así que se desplaza hasta la casa donde puede contemplar un espectáculo dantesco. No sólo porque la puerta de ésta tiene la silueta recortada de la motocicleta (al más puro estilo Warner Bross), si no porque las paredes están todas decoradas con chorretones de sangre y, roderas.

La identificación del cadáver no puede ser menos que jocosa, pues a parte de que han colocado la cabeza degollada del fenecido encima de una mesa con un trapito encima (el muestrario de testas se repetirá más adelante), a la pregunta del jefe de policía (que, oh colmo de la originalidad, oh grandilocuencia del desternille, apesta siempre a ajo... Ajo, vampiros, ¿lo captan?) si la cabeza que allí se expone es la de su amigo, Noddie responde "Reconocería esa cara en cualquier parte" (risas). Y no acaban aquí las respuestas jocosas, no vayan a pensarse: en lugar del apenamiento y el trauma característico ante esta situación, cuando el inspector despide a Noddie y le pregunta si estará bien, éste contesta: "Sobreviviré, que es más de lo que se puede decir de él" (más risas).

Esa noche, Noddie sufre pesadillas y ve a su amigo convertido en el señor Mojón, que le ataca y se le introduce en la boca. No pregunten a santo de qué viene esta escena, porque es total y completamente gratuita.


Intermedio 1: Características básicas de una moto vampiro

Hagamos una pausa para enarrar el comportamiento del vehículo poseso en cuanto a vampiro:

Elipsis 3

Noddie, a lomos de su moto vampiro sufrirá un altercado con la banda de psicokillers del inicio, pero su moto, siempre deseosa de venganza irá acabando con ellos uno a uno en actos gratuitos de salsa de tomate a tutiplén. Y no sólo eso, porque, por una fijación psicológica que no no es explicada, tiene la malsana costumbre de acabar siempre decapitando a todo quisque (un servidor presupone que es para que la policía pueda montar su exposición, como puede verse en la imagen)


Elipsis 4

Cuando Noddie descubre que su moto es mala malosa, decide buscar ayuda: un cura. Un cura motorizado (para no perder el ritmo motero) e incrédulo, que acaba perdiendo los dedos de una mano por no haber confiado en las palabras de nuestro protagonista. Es entonces cuando se dedice a preparar un exorcismo.

Intermedio 2: Elementos para realizar exorcismos a motos vampíricas

A saber, según la cinta:

Elipsis 5

El exorcismo in situ: A partir de aquí el argumento se vuelve demasiado estúpido (irónico, pero cierto, hasta para ésta película), y tampoco es cuestión de destripar el final, porque si ya sabrán, de buen seguro cómo acaba la historia, el encadenamiento de ataques/contrataques para con la moto vampiro, llegados a este punto, es de obligada visión (más que nada porque, ya puestos...).


Opinión

La película parte de una falta de pretensiones total, lo que favorece su visionado, que, sin resultar atractivo, sí va alternando momentos de entretención seudosplasher, con diálogos histriónicos y jocosos y con unos efectos especiales hechos con mucho cariño (de ahí a que resulten resultones, hay mucha distancia, sobra decir). Las actuaciones, al igual que los diálogos, histriónicas y acartonadas, lo que favorece el conjunto de la obra. ¿La conclusión? Si no ven esta cinta, tampoco se perderán nada del otro mundo. Pero si la ven, pueden pasar una hora y media desconectando del mundanal ruido. Y eso, visto como anda el mercado cinematográfico de hoy en día, creo que es ya muy mucho. O no.