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sábado, abril 02, 2005
8:57 p. m.

Acto de Fe

rubricado por Higronauta
"El género humano ya no es nada humano"
SIniestro Total

En el post del viernes pasado ya surgió el tema: bajo el manto hipócrita y cínico de la religión, cualquier hecho es justificable y viable. Como la retransmisión on-line que llevamos recibiendo desde hace algo más de 48 horas sobre la agonía de Karol Wojtyla (aka el Papa, aka Su Santidad, aka Juan Pablo II) gracias a nuestro amadísimo Cuarto Poder. Se ha creado una especie de halo místico-religioso-morboso que envuelve todo el tema en cuestión, y a uno le cuesta discernir donde se sitúan los límites. ¿Afirmar que el Papa "está viendo a Dios y tocando" es un acto de Fe, morbo en estado puro o bizarrismo católico? ¿Explicarnos con pelos y señales cada uno de los males que se van sumando en el anciano cuerpo de ese hombre es (mínimamente) ético?

Claro está, que la Iglesia no pierde comba en el asunto, y está mezclando como mejor sabe cuestiones terrenales con elementos teológicos, pasando por encima de todo pensamiento y sentimiento cristiano, exprimiendo como puede y más la figura de Su Santidad. Parece ser que gracias a esta treta, los bonos de la fe, que en tan grande detrimento estaban hace unos meses, están ganando enteros en la bolsa de valores espirituales. O lo que es lo mismo, a todo quisque le está surgiendo un ramalazo cristiano beatífico que no sabe ni de donde le viene.
El Papa en su versión Spitting Image

Y es que, no nos engañemos, Juampa está técnicamente exánime. Y no porque las probabilidades de que sobreviva se reduzcan a cero (ni la Iglesia piensa en milagro alguno, así que imagen...) sino porque todo el mundo está ya viviendo una fracción de tiempo más allá del último aliento liberador. Ya se conoce la organización eclesiástica post-deceso, la obispada mundial ya está preparando su cepillo de dientes para desplazarse hasta el Vaticano para ofrecer sus condolencias, seguro que más de uno se está frotando las manos con la posibilidad de convertirse en el próximo mandamás de la Banca Mundial de la Fe... Me pregunto yo si todo esto es debido a la importancia del individuo en cuestión o si tendrá algo que ver con este siglo XXI, templo magnífico de la postmodernidad, donde los hechos se sudecen a velocidades extenuantes, y donde, la memoria histórica, tiene los días contados. A veces da la impresión de que cuanto más rápido pase todo, menos doloroso será, y, quizás, provoque menos consecuencias traumáticas en el pueblo llano...
Y mientras les contaba todo esto, Karol Wojtyla lleva ya más de dos días en una lenta agonía que ninguno quisiéramos para nosotros... Hasta ahora el Gran Hermano se encargaba de controlar y vigilar; a partir de ahora, también retransmitirá vuestras muertes, en un descenso constante y acelerado a los abismos de la deshumanización. ¿Quién dijo fe?

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