"Que dejen de tomarnos por subnormales,
que dejen de tocarnos los genitales"
Joaquín Sabina

Si ayer hablábamos de control, hoy no nos quedamos atrás. Porque nuestro querido gobierno patrio está estudiando la posibilidad de prohibir furmar en los automóviles "para reducir los accidentes por distracción". O lo que es lo mismo, éramos pocos y parió la burra.

Hablar a estas alturas del acoso y derribo que sufrimos los fumadores en este país, al más puro estilo norteamericano (sí, ya saben el país de las "grandes libertades") es caer en la reiteración machacona. Pero es que la cosa ya está pasando de oscuro a negro. ¿Distracciones? En palabras de nuestro ministro de Interior, don José Antonio Alonso (¿este hombre no tiene apellidos?) "se ha demostrado que la distracción durante la conducción motivada por el uso del teléfono móvil, por fumar o por otra serie de circunstancias es una de las causas principales detectadas de accidentalidad, y que es importante sobre todo en el tráfico urbano". O sea que la siniestralidad ya no está basada en su mayoría por excesos de velocidades varias ni por consumo de alcohol. Ahora resulta que la culpa de la mayoría de accidentes de tráfico en este país la tenemos los fumadores... Hay que joderse.
No es por nada, sus altísimas eminencias del gobierno central, pero a un servidor le "distrae" más la radio o la compañía a la hora de ponerme al volante que el hecho de fumarme un cigarro mientras ingiero cantidades industriales de humo en los típicos atascos de una gran ciudad cualquiera. ¿Se han planteado la posibilidad de prohibir también estos elementos? No sé, algo así como "Hablar con el/los acompañante/s mientras se conduce será penalizado con multas de X euros" o "El uso del aparato receptor, bien sea vía hondas hertzianas, bien sea por reproducción de compactos y/o emepetreses mientras se conduce será sancionado con penas de prisión".

Si ya no puedo entender esa campaña anticonstitucional en contra del tabaquismo (cada uno, me sabe mal informarles, es muy libre de hacer lo que le venga en gana), menos entiendo aún el hecho de que tengan que buscar justificaciones infantiles para prohibir este hábito en todas partes. Y no me pongan (encima) la excusa de que favorece el medioambiente porque "gran parte de los incendios han sido provocados por una colilla mal lanzada desde un automóvil" porque, que yo sepa, y desde hace años ya, los vehículos comercializados en este país vienen de serie con un elemento que se denomina "cenicero" y del cual no voy a explicar su función por razones obvias. Y que conste que no sólo se usa para meter las monedas para pagar los peajes. Que quede claro.