Anuncios Vol. I: Una de tampones
rubricado por Higronauta
"Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana."
Ibsen
Iniciamos hoy, gracias a teacuerdas.com una serie de artículos sobre la publicidad en España, y cómo no podía ser de otra manera, iniciamos nuestro recorrido al inframundo del márketing comercial de la mano de tampones Tampax.
1975. El dictador ha muerto (por fin) y nuevos aires de libertad asolan la península ibérica. Una muestra de ello es el anuncio que están ustedes contemplando: tampones Tampax. Por fin la mujer (oficialmente) va a dejar de ser un objeto de mero consumo y va a tener un muestrario de productos para su higiene personal.
Inevitablemente al contemplar la imagen, los ojos se nos van hacia la fotografía superior, la de esas féminas recogiendo caracolas de mar en una piscina municipal gafas de buceo y snorkel (sí, el tubito ese para respirar a un palmo del agua de profundidad. N.del T.)en ristra. Por la cara de felicidad, diríamos casi seguro que la usuaria del produco Tampax es la chica más sonriente. La de al lado, que aparente mayor edad y podría ser su progenitora, la mira de reojo y no con una cara de mucha confianza (¿es que ella no usa? ¿o es que no se acaba de fiar de que los tampones sean tan maravillosos como dicta la publicidad?).
Vayamos al texto, porque es impagable. España ha generado durante siglos una buena colección de poetas memorables: Quevedo, Góngora, Alberti, Machado, Felipe, Lorca... y el de los anuncios de compresas. Repasen, repasen el texto: "Bajo la espumosa superficie del mar, encontraste un lugar encantado silencioso, deslumbrante, donde todo parece distinto". Ni Julio Verne narró mejor sus 20.000 Leguas en un Viaje Submarino. ¿Y qué me dicen del título? "Hoy has descubierto un mundo nuevo". ¿A qué se refiere? ¿Al submarino o al mundo repleto de posibilidades y libertades que ofrece el producto en cuestión, ése que se coloca "suave como la seda" (frase típica y tópica donde las halla que no se yo si en este contexto llega a ser en algún momento muy adecuada)?
Y es que hace años que nos quejamos de la publicidad para este tipo de productos. Siempre bajo el manto voraz del tabú, el eufemismo y la falsa moral, sin nunca entrar al trapo, explicando qué y cómo se utilizan este tipo de productos y sobretodo y antetodo, para qué (tampoco hace falta hacer un publireportaje a lo bizarro tipo Productos Pascual, pero dejémonos de metáforas pedorras y pseudoartísticas y seamos un poco más sinceros. Aunque claro, viendo que en el 75 ya se ofrecía "descubrir lo mágico de un mundo completamente nuevo" no se porqué nos extrañamos cuando Silke realiza el viaje alucinógeno a través del país de Nunca Jamás, o cuando vemos a la elementa (no tiene otro nombre) en plena fase menstrual sintiéndose la mujer más libre, más bella y más especial del mundo (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, por mucho que Tampax tenga algo ver). Total, que acabamos en lo de siempre, casi 30 años de democracia, y la publicidad de estos productos todavía atufando a regusto rancio postfranquista. O lo que es lo mismo, ¿a qué huelen los anuncios de tampones y compresas? Zum zum zum zum zum...uiiiiiiii.
Ibsen
Iniciamos hoy, gracias a teacuerdas.com una serie de artículos sobre la publicidad en España, y cómo no podía ser de otra manera, iniciamos nuestro recorrido al inframundo del márketing comercial de la mano de tampones Tampax.
1975. El dictador ha muerto (por fin) y nuevos aires de libertad asolan la península ibérica. Una muestra de ello es el anuncio que están ustedes contemplando: tampones Tampax. Por fin la mujer (oficialmente) va a dejar de ser un objeto de mero consumo y va a tener un muestrario de productos para su higiene personal.
Inevitablemente al contemplar la imagen, los ojos se nos van hacia la fotografía superior, la de esas féminas recogiendo caracolas de mar en una piscina municipal gafas de buceo y snorkel (sí, el tubito ese para respirar a un palmo del agua de profundidad. N.del T.)en ristra. Por la cara de felicidad, diríamos casi seguro que la usuaria del produco Tampax es la chica más sonriente. La de al lado, que aparente mayor edad y podría ser su progenitora, la mira de reojo y no con una cara de mucha confianza (¿es que ella no usa? ¿o es que no se acaba de fiar de que los tampones sean tan maravillosos como dicta la publicidad?).
Vayamos al texto, porque es impagable. España ha generado durante siglos una buena colección de poetas memorables: Quevedo, Góngora, Alberti, Machado, Felipe, Lorca... y el de los anuncios de compresas. Repasen, repasen el texto: "Bajo la espumosa superficie del mar, encontraste un lugar encantado silencioso, deslumbrante, donde todo parece distinto". Ni Julio Verne narró mejor sus 20.000 Leguas en un Viaje Submarino. ¿Y qué me dicen del título? "Hoy has descubierto un mundo nuevo". ¿A qué se refiere? ¿Al submarino o al mundo repleto de posibilidades y libertades que ofrece el producto en cuestión, ése que se coloca "suave como la seda" (frase típica y tópica donde las halla que no se yo si en este contexto llega a ser en algún momento muy adecuada)?
Y es que hace años que nos quejamos de la publicidad para este tipo de productos. Siempre bajo el manto voraz del tabú, el eufemismo y la falsa moral, sin nunca entrar al trapo, explicando qué y cómo se utilizan este tipo de productos y sobretodo y antetodo, para qué (tampoco hace falta hacer un publireportaje a lo bizarro tipo Productos Pascual, pero dejémonos de metáforas pedorras y pseudoartísticas y seamos un poco más sinceros. Aunque claro, viendo que en el 75 ya se ofrecía "descubrir lo mágico de un mundo completamente nuevo" no se porqué nos extrañamos cuando Silke realiza el viaje alucinógeno a través del país de Nunca Jamás, o cuando vemos a la elementa (no tiene otro nombre) en plena fase menstrual sintiéndose la mujer más libre, más bella y más especial del mundo (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, por mucho que Tampax tenga algo ver). Total, que acabamos en lo de siempre, casi 30 años de democracia, y la publicidad de estos productos todavía atufando a regusto rancio postfranquista. O lo que es lo mismo, ¿a qué huelen los anuncios de tampones y compresas? Zum zum zum zum zum...uiiiiiiii.
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