" No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuantas cosas viejas hay que no conocemos."
Ambrose Pierce



Esperemos que el año que entra, cuanto menos, sea tan celtibérico como éste, con la Santa Madre Iglesia manifestándose por las urbes en pro de los derechos de los mortales pecadores, con la Cope difundiendo objetividad a través de las hondas hertzianas, con esas dosis de cultura catódica para mentes prodigiosas (desde Gran Hermano, hasta Mira quien Baila, pasando por la ristra de series de producción nacional de alto contenido carpetovetónico y baturro), con las nuevas restricciones legislativas en todos los ámbitos abarcables, con esos estrenos cinematográficos sólo aptos para cinéfilicos (que no cinéfilos), con ese chafarderismo amarillo-rosáceo, bastión intelectual de nuestro país junto al consabido balompié...
En resumen, que el año 2006 sea tan cañí como éste, y que ustedes y yo podamos disfrutar de su bizarrez en medida de lo posible, desternillándonos a carcajada limpia. Y es que, o nos tomamos lo venidero con filosofía o apaga y vámonos. O sea.