No voy a ser yo quien te lo explique
rubricado por Higronauta
"Todas las personas son iguales, con una sola excepción, las que no piensan así, ni se parecen a mí"
Pablo Carbonell
Que Pablo Carbonell es un artista multimedia, está fuera de duda (cosa que no ocurre con Pedro Ruiz, por mucho empeño que le ponga a vanagloriarse de ello). Fue en los años 80, cuando junto a Mani Moure y Guillermo Piccolini fundó una de las bandas musicales con más personalidad (e injustamente más olvidadas) de la historia del pop español: Los Toreros Muertos. De ese engendro surgieron clásicos como Manolito, Pilar (no tiene bicicleta pero tiene un buen par de tetas) o ese hit tarareado hasta la saciedad en fiestas y locales, Mi Agüita Amarilla.
Desglosar y narrar la biografía laboral de éste genio nos llevaría demasiado espacio, y hoy tampoco vengo a hablarles de ello. Resumamos diciendo que tras años de dedicación al mundo de la canción, la televisión y el cine entre otros, se úne junto a varios colegas (Wyoming, Pepín Tre, Faemino, Santiago Segura, o Javier Krahe entre otros) y forman el sello discográfico 18 Chulos Records, creado para sacar al mercado música totalmente diferente a lo que se realiza a escala nacional, y con unas posibilidades de pérdidas elevadas. Y ya que formas tu propia compañía, aprovechas y sacas tus discos. Porque en los pocos años que lleva de vida, al mercado han salido elepés de cada uno de los arriba citados, y alguno que otro en conjunto. Todos altamente recomendables para el degustador entendido en buena música, sobra decirlo.
Carbonell bajo este sello se proclamó "cantautor plasta" y sacó al mercado un disco redondo (y no sólo por su forma): Aceitunas y Estrellas. Bajo este título simpar, se aglutinaban un seguido de canciones con ritmos trabajados y letras a caballo entre la poesía y el humor surrealista. Conversaciones encubiertas, Soy un hombre feo, Corriente Alterna son algunos de los temas a destacar. Un ejemplo extraído del tema Nana: "A lo mejor no es que yo sea un eyaculador precoz, sino que tú eres muy lenta, míratelo". Impagable.
Tuve la suerte de ir hace un año a uno de los conciertos que ofreció en la ciudad condal y tengo que reconocer que Carbonell realiza una performance todo terreno que de manera imposible te deja indiferente. Y más cuando para rematar, te vende los cedés a la salida del concierto a precio de saldo, sin intermediarios ni gastos extras. De ésa serie de conciertos se ha editado ahora un cedé, "Rock'n'Roll Alimaña", que recoge temas de los Toreros Muertos, de su álbum Aceitunas y Estrellas y contiene además tres o cuatro canciones nuevas, entre las que hay que destacar sin dudearlo una de las mejores versiones que he oído del "My Way". Y es que aunque la sociedad se enteste en bisbalizarse, el arte siempre estará ahí, aunque haya que rebuscarlo por el subsuelo.
Pablo Carbonell
Que Pablo Carbonell es un artista multimedia, está fuera de duda (cosa que no ocurre con Pedro Ruiz, por mucho empeño que le ponga a vanagloriarse de ello). Fue en los años 80, cuando junto a Mani Moure y Guillermo Piccolini fundó una de las bandas musicales con más personalidad (e injustamente más olvidadas) de la historia del pop español: Los Toreros Muertos. De ese engendro surgieron clásicos como Manolito, Pilar (no tiene bicicleta pero tiene un buen par de tetas) o ese hit tarareado hasta la saciedad en fiestas y locales, Mi Agüita Amarilla.
Desglosar y narrar la biografía laboral de éste genio nos llevaría demasiado espacio, y hoy tampoco vengo a hablarles de ello. Resumamos diciendo que tras años de dedicación al mundo de la canción, la televisión y el cine entre otros, se úne junto a varios colegas (Wyoming, Pepín Tre, Faemino, Santiago Segura, o Javier Krahe entre otros) y forman el sello discográfico 18 Chulos Records, creado para sacar al mercado música totalmente diferente a lo que se realiza a escala nacional, y con unas posibilidades de pérdidas elevadas. Y ya que formas tu propia compañía, aprovechas y sacas tus discos. Porque en los pocos años que lleva de vida, al mercado han salido elepés de cada uno de los arriba citados, y alguno que otro en conjunto. Todos altamente recomendables para el degustador entendido en buena música, sobra decirlo.
Carbonell bajo este sello se proclamó "cantautor plasta" y sacó al mercado un disco redondo (y no sólo por su forma): Aceitunas y Estrellas. Bajo este título simpar, se aglutinaban un seguido de canciones con ritmos trabajados y letras a caballo entre la poesía y el humor surrealista. Conversaciones encubiertas, Soy un hombre feo, Corriente Alterna son algunos de los temas a destacar. Un ejemplo extraído del tema Nana: "A lo mejor no es que yo sea un eyaculador precoz, sino que tú eres muy lenta, míratelo". Impagable.
Tuve la suerte de ir hace un año a uno de los conciertos que ofreció en la ciudad condal y tengo que reconocer que Carbonell realiza una performance todo terreno que de manera imposible te deja indiferente. Y más cuando para rematar, te vende los cedés a la salida del concierto a precio de saldo, sin intermediarios ni gastos extras. De ésa serie de conciertos se ha editado ahora un cedé, "Rock'n'Roll Alimaña", que recoge temas de los Toreros Muertos, de su álbum Aceitunas y Estrellas y contiene además tres o cuatro canciones nuevas, entre las que hay que destacar sin dudearlo una de las mejores versiones que he oído del "My Way". Y es que aunque la sociedad se enteste en bisbalizarse, el arte siempre estará ahí, aunque haya que rebuscarlo por el subsuelo.
1 Réplicas:
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Publicar un comentarioAcabo de escuchar el "Rock'n'Roll Alimaña" y está francamente bien, gracias por la recomendación.